Una ruptura de un importante oleoducto operado por la compañía Collins Pipeline, subsidiaria de PBF Energy, se registró el pasado 27 de diciembre en Luisiana, Estados Unidos, provocando el derrame de más de 1,13 millones de litros de diésel.
De acuerdo con la agencia de noticias AP, tras el derrame provocado alrededor de 2 mil 300 peces y más de un centenar de otros animales, entre ellos cerca de 40 serpientes, 30 aves, varias anguilas y un cangrejo azul murieron.
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Oleoducto dañado
Las autoridades indicaron que el sector dañado del oleoducto se encontraba afectado por la corrosión.
Cabe recordar que Collins Pipeline solicitó en octubre pasado una autorización para repararlo, pero la decisión, según la compañía, llegó demasiado tarde.
Hay que decir que un derrame de petróleo en general se puede producir por fallas en la operación o mantenimiento del oleoducto, por acciones involuntarias o accidentes ocasionados por personas, por eventos naturales o por sabotaje, por lo que los activistas piden tener cuidado.
Derrame de petróleo en Luisiana en 2010
En abril de 2010 una mancha de petróleo de gran tamaño cubrió la costa de Luisiana, esto tras un accidente en una plataforma petrolera del Golfo de México, habría llegado a una isla del delta del Mississippi.
En aquella ocasión, el entonces gobernador de Florida, Charlie Christ, declaró Estado de emergencia en varios condados.
Además, los estados de Mississippi y Alabama también están amenazados por el derrame que avanzó hacia sus costas.
Aquel momento es considerado el peor desastre ecológico de Estados Unidos y tuvo el potencial de afectar a cientos de especies que viven en el litoral.
Finalmente, autoridades ya investigan lo sucedido y activistas exigen cuentas claras en este caso pues no es la primera vez que ocurre y que termina afectando a la vida marina.