El presidente de Túnez Kais Saied destituyó al gobierno y congeló los poderes del Parlamento, en una dramática escalada de la crisis política.
Esta acción ocasionó que enormes multitudes salieran a las calles de la capital en su apoyo, pero sus opositores calificaron las medidas como un golpe de Estado.
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El presidente dijo que asumiría la autoridad ejecutiva con la ayuda de un nuevo primer ministro, en el mayor desafío hasta ahora a una constitución democrática de 2014 que dividía los poderes entre el presidente, el primer ministro y el Parlamento.
Años de corrupción
Los tunecinos se levantaron en una revolución en 2011 contra décadas de autocracia en el primer estallido de la Primavera Árabe, instalando un sistema democrático que garantizó nuevas libertades y ha sorteado repetidas crisis, pero que no ha proporcionado prosperidad económica.
Años de parálisis, corrupción, disminución de los servicios estatales y aumento del desempleo ya habían llevado a muchos tunecinos a decepcionarse de su sistema político antes de que la pandemia mundial.
Este domingo se produjeron grandes protestas, convocadas por activistas a través de redes sociales pero sin el respaldo de alguno de los principales partidos políticos, y gran parte de la indignación se centró en el partido islamista moderado Ennahda, el mayor del Parlamento.
“Muchas personas fueron engañadas por la hipocresía, la traición y el robo de los derechos del pueblo”, dijo Saied en un comunicado difundido por los medios de comunicación estatales.
Defender la Revolución
El presidente lleva más de un año enzarzado en disputas políticas con el primer ministro, Hichem Mechichi, mientras el país se enfrenta a una crisis económica, a una inminente crisis fiscal y a una cuestionada respuesta a la pandemia del COVID-19.
El presidente del Parlamento, Rached Ghannouchi, jefe del partido Ennahda, acusó a Saied de realizar “un golpe de Estado contra la revolución y la Constitución”.
“Consideramos que las instituciones siguen en pie, y los partidarios de Ennahda y el pueblo tunecino defenderán la revolución”, añadió, lo que hace prever enfrentamientos entre los partidarios de Ennahda y Saied.
En su comunicado, Saied dijo que sus acciones estaban en línea con la Constitución y también citó un artículo para suspender la inmunidad de los miembros del Parlamento.