Un reporte publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y la cadena de supermercados Tesco reveló que la pérdida o desperdicio total de alimentos supera los 2 mil 500 millones de toneladas, cerca del 40 % de todos los nutrientes producidos en el mundo cada año termina en la basura.
Gran parte de ese malbaratamiento se da en las granjas durante, alrededor y después de la cosecha, en cantidad equivalente al 15,3 %.
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Con el título de ‘Enviado a la basura’ el informe destacó la necesidad de medidas para abordar la pérdida de alimentos en plantaciones y procesadoras a nivel mundial y no solo en regiones específicas.
Esto, con un enfoque en la reducción de la pérdida de alimentos en las granjas, teniendo en cuenta los factores socioeconómicos y de mercado que dan hoy forma al sistema agrícola.
Países con mayor infraestructura desperdician más alimento
‘Enviado a la basura’ evidenció que los países de ingresos altos y medianos en Europa, América del Norte y Asia son los que contribuyen con el 58 % de la pérdida de cosechas en el mundo.
Contrariamente a la creencia de que la pérdida de alimentos en las granjas es un problema únicamente de las regiones menos ricas y con niveles más bajos de industrialización,
Entre tanto, los países de bajos ingresos, con 63 % de la población, tienen una participación de 54 % en las pérdidas mundiales posteriores a la cosecha en las granjas.
Asimismo, se advierte allí que la producción de comida utiliza grandes cantidades de terreno, agua y energía.
Todo ello contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero equivalentes a casi el doble de las que cada año provocan todos los automóviles activos en EU y Europa.
A partir de estimaciones anteriores, el incremento en la cantidad total de alimentos perdidos y desperdiciados significa también un aumento de emisiones de gases de efecto invernadero.
Un problema muy grande
Pete Pearson, líder de la iniciativa mundial de WWF contra la pérdida y desperdicio de alimentos, sostuvo que el problema es “probablemente más grande de lo que imaginábamos”.
Enviado a la basura’ reveló que los alimentos se pierden en las granjas por una variedad de razones, incluyendo factores controlables y decisiones humanas.
Ante ese panorama, Lilly Da Gama, gerente del Programa de Pérdida y Desperdicio de Alimentos de WWF-Reino Unido, enfatizó que “proporcionar acceso a tecnologías y capacitación en las granjas no es suficiente.
“Las decisiones que las empresas y los gobiernos toman más adelante en la cadena de suministros tienen un impacto significativo en los niveles de alimentos perdidos o desperdiciados en las granjas”.
Da Gama concluye que “para lograr una reducción significativa, los gobiernos nacionales y los actores del mercado deben tomar medidas para apoyar a los agricultores de todo el mundo”
“Y comprometerse a reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro. Las políticas actuales no son lo suficientemente ambiciosas”.