Las autoridades marroquíes en la localidad norteña de Castillejos han cerrado los accesos hacia Ceuta y puesto fin a las avalanchas masivas de emigrantes en las que entraron en la ciudad española más de 8,000 emigrantes, de los que 5,600 ya fueron devueltos a su país.
La Comisión Europea manifestó su confianza en que Marruecos tome medidas para resolver esta crisis migratoria desatada en los últimos días después de los contactos mantenidos entre el comisario europeo para la Vecindad y Ampliación, Oliver Varhelyi, y las autoridades marroquíes.
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Esta mañana se ha desplegado un dispositivo de fuerzas antidisturbios que han dispersado de forma intermitente a los grupos que intentaban llegar al espigón fronterizo: primero, para alejar a los emigrantes de la carretera que lleva al paso fronterizo, y después para impedirles escalar la colina de Belyunesh que se asoma sobre Ceuta.
La intervención policial marroquí empezó anoche, lo que provocó algunos momentos de choque entre las fuerzas antidisturbios y los emigrantes, según explicaron varios testigos oculares. “Las autoridades nos avisaron anoche de que nos van a desalojar, esperaron un momento y empezó la intervención policial, pero las cosas degeneraron y se lanzaron piedras de diferentes tamaños de todas partes”, explicó Yunes, un emigrante de 35 años procedente de Kenitra.
Tanto Yunes como otros emigrantes consultados dijeron haber perdido toda esperanza de poder pasar a Ceuta y empezaron a emprender el camino de vuelta.
Analistas subrayan que este repunte migratorio se produce en un momento de grave crisis socioeconómica que vive la zona de Castillejos y las localidades vecinas por el final abrupto del contrabando de mercancía en octubre de 2019 y el cierre desde marzo de 2020 de la frontera terrestre como medida preventiva contra la propagación del coronavirus.