El periodista Min Nyo, de 51 años fue arrestado el 3 de marzo en la región de Bago, y sentenciado a tres años de prisión por “entorpecer, perturbar, dañar la motivación, disciplina, salud y conducta de soldados y funcionarios públicos” y “causar odio, desobediencia o deslealtad hacia el militares y el gobierno”.
La junta militar, que tomó el poder el 1 de febrero, ha detenido a más de 40 periodistas, retirado las licencias de decenas de medios, y continua su persecución sobre quien informe de las manifestaciones de rechazo al mando castrense.
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Por su parte, Tailandia detuvo a tres periodistas de DVB por entrar ilegalmente en el país y se enfrentan a la deportación a Birmania, donde se teme que podrían ser encarcelados y torturados.
¿Qué sucede en Birmania?
Al menos 785 personas han perdido la vida por la violencia respuesta de las fuerzas de seguridad contra las manifestaciones pacíficas, según cifras de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
El Ejército birmano justifica el golpe de Estado por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de la nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que fueron considerados legítimos por los observadores internacionales.