El nuevo Gobierno Nacional de Unidad (GNU), que debe conducir y estabilizar Libia, calcula en cerca de 450,000 millones de dólares el costo de la reconstrucción del país tras diez años de guerra civil, una oportunidad a cinco años que desea abrir a multinacionales y empresas extranjeras de todo el mundo.
Así lo explicó el embajador español en el país norteafricano, Javier García-Larache, quien asegura que las nuevas autoridades observan a España como unos de los socios más confiables porque valoran el papel neutral que ha desempeñado durante esta década de conflicto.
García-Larache concluyó la madrugada de este martes una reunión con el nuevo primer ministro libio, Abdel Hamid Dbaibah, con la que puso fin a una actividad diplomática que le ha llevado a reunirse también con el jefe del Consejo Presidencial, Mohamad al Menfi, sus vicepresidentes y ministros tanto en Trípoli como en Bengasi, capital del este del país.
Libia necesita apoyo para reconstruir edificios, puentes, carreteras, puertos, aeropuertos o relanzar sectores como el turismo, destruidos tras dos años de revolución y ocho de guerra civil.
Según el presupuesto aprobado por el GNU el pasado marzo, cerca de 16,000 millones de dolares se destinarán al desarrollo y la reconstrucción de infraestructuras un país desértico con apenas 8 millones de habitantes que cimienta su economía en la exportación de petróleo y gas, con cerca de 1,4 millones de barriles de crudo diarios.
Otros 7,000 millones de dólares los destinará la Compañía Nacional de Petróleo libia (NOC) a la rehabilitación, modernización de plantas y de transportes, y seguridad del sector petrolero.
Con información de Agencia EFE