El líder opositor ruso, Alexéi Navalni, que se encuentra en un delicado estado de salud, anunció que abandona la huelga de hambre que mantuvo durante 24 días en prisión para exigir que le vean sus médicos de confianza.
Navalni afirmó que, con el “tremendo apoyo de buenas personas en todo el país y en todo el mundo”, se ha logrado que le examinen en dos ocasiones médicos externos, la última vez justo antes de la multitudinaria marcha que su equipo convocó en su apoyo el miércoles en más de un centenar de ciudades rusas.
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Gracias a la presión internacional y nacional, Navalni fue llevado el martes a un hospital civil a unos 200 kilómetros de Moscú. Previamente, las autoridades solo habían accedido a ingresarlo en un hospital penitenciario cerca de la prisión en la que cumple una condena de dos años y medio de cárcel por un antiguo caso penal para que reciba suero y una terapia vitamínica.
A raíz análisis médico, cinco de sus doctores publicaron el jueves un llamamiento directo al líder opositor en el que le instaban a poner fin de inmediato a la huelga de hambre, porque de lo contrario “pronto ya no tendremos a nadie a quien curar”.
El líder opositor afirmó, además, que deja la huelga de hambre porque en solidaridad con él varias personas iniciaron una huelga de hambre. “Amigos, mi corazón está lleno de amor y gratitud por ustedes, pero no quiero que nadie experimente sufrimiento físico por mi culpa”, señaló.