Irán anunció este martes que va a comenzar a enriquecer uranio a una pureza del 60 % en respuesta al sabotaje a su planta de Natanz, del que culpa a Israel, lo que complica las ya de por sí tensas negociaciones nucleares en curso.
El principal negociador iraní y viceministro de Exteriores, Abás Araqchí, informó que su país ha comunicado esta medida en una carta al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), encargado de supervisar el cumplimiento del acuerdo nuclear de 2015.
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Desde Viena, donde participará hoy miércoles, en las citadas negociaciones, Araqchí reveló a los medios estatales iraníes que van a instalar en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz “otras 1,000 centrifugadoras con un 50 % más de capacidad”.
Según el pacto de 2015, conocido como JCPOA por sus siglas en inglés, Irán tiene prohibido enriquecer uranio a más del 3,67 %, aunque ese límite ya fue superado hasta alcanzar el 20 % en enero pasado, y tampoco puede usar centrifugadoras avanzadas.
El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, dijo en febrero que existía “la posibilidad de incrementar el enriquecimiento hasta un 60 % de acuerdo con las necesidades del país“, aunque esa pureza no se justifica salvo para fines militares y se aproxima al 90 % necesario para producir una bomba atómica.