El secretario de Estado de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, en su primer viaje a Europa, defendió en Alemania la cooperación tanto con Berlín como con los otros socios de la Alianza Atlántica, y escenificó así el giro de la política de defensa de su país que había anunciado el presidente Joe Biden.
De ese modo, Austin confirmó el “compromiso” de Washington tanto con Berlín como con la Alianza atlántica. “Fortalecerán la disuasión y la defensa en Europa. Aumentarán nuestras habilidades existentes para prevenir conflictos y, si es necesario, combatir y ganar. Alemania es uno de nuestros aliados más fuertes y nuestras relaciones se basan en valores compartidos de libertad, democracia, derechos humanos y Estado de derecho. Hoy estos principios están cada vez más bajo presión”, dijo Austin tras reunirse con la ministra alemana de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer.
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El secretario estadounidense confirmó que “Alemania continuará siendo un importante socio de EU en seguridad y en economía en los próximos años, por eso reforzar las relaciones con Alemania es prioritario para la Administración Biden“, y aprovechó para enviar un mensaje de comprensión al resto de sus aliados de la OTAN: “Reconocemos las presiones a las que están sometidas nuestras naciones a la hora del gasto, pero es importante mantener el ritmo, especialmente en una era de competencia estratégica creciente”.
El verano pasado, el país norteamericano tenía desplegados 52,000 efectivos en las bases alemanas, de los que unos 34,500 eran soldados en activo y el resto eran empleados civiles del Departamento de Defensa. El plan de Trump contemplaba también trasladar el Comando Europeo de las Fuerzas de EU de Stuttgart a Bélgica, en el marco de la que hubiera sido la mayor redistribución de tropas estadounidenses en Europa en décadas.