La misión científica encargada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de buscar el origen de la pandemia considera que lo más probable es que el coronavirus SARS-CoV-2 pasara del reino animal al ser humano, pero sigue sin determinar cómo ocurrió ese salto y la especie responsable.
La hipótesis del salto indirecto, es decir a través de una especie intermediaria, es a la que más peso dan en su informe final los expertos que han dedicado los últimos meses a intentar identificar la génesis de la crisis sanitaria en la que está inmerso el mundo desde hace más de un año.
Press briefing by the international team studying the origins of the #COVID19 virus https://t.co/aH27YG8kGD
— World Health Organization (WHO) (@WHO) March 30, 2021
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Sin embargo, todavía no existen pistas suficientemente fuertes que apunten a una especie en particular, a pesar de que los pangolines han sido sobre los que más se ha sospechado.
En cambio, el equipo internacional que visitó Wuhan, China, considerado el lugar donde se registró el primer brote, en busca de evidencias de cómo empezó la pandemia, considera que lo menos probable es que la propagación del virus haya sido consecuencia de un accidente de laboratorio.
La hipótesis del salto directo de la especie portadora del coronavirus a una persona les parece de una probabilidad mediana, pero un poco mayor que la de una introducción a través de algún alimento congelado.
Sobre la hipótesis inicial (transmisión a través de una especie intermediaria), que aparece en el informe como la más plausible, los científicos recuerdan que los datos genómicos recolectados entre los animales indican que los coronavirus más emparentados con el que causa el Covid-19 se han encontrado en murciélagos y pangolines, lo que indica que estos mamíferos pueden actuar como reservorios naturales.
Sin embargo, las cosas no están nada claras porque “ninguno de los virus que se han identificado en estas especies es suficientemente similar al SARS-CoV-2 como para que sean sus progenitores directos”, explica el informe.
Otro elemento que sirve de descargo al murciélago es que no se ha detectado el virus en muestra y análisis de poblaciones de murciélagos y otros animales silvestres en todo China.
Sobre la hipótesis de un accidente de laboratorio, la misión la considera poco probable, en primer lugar, porque no hay registros de ningún laboratorio que haya estado trabajando antes de diciembre de 2019 con un virus cercano al SARS-CoV-2 o estudiando genomas que, combinados, podrían darle origen.
Sobre los tres laboratorios en Wuhan, que los científicos pudieron visitar brevemente y que trabajan con coronavirus, se comprobó que todos cumplían con altos estándares de bioseguridad y que estaban bien gestionados.