Malala Yousafzai, Nobel de la Paz, expresó su preocupación luego del arraigo del régimen Talibán en Afganistán.
Reveló su preocupación principalmente en el tema de la educación para las niñas y mujeres de aquella región.
Información relacionada: Activistas de México y EU limpian el río Bravo
Consideró como un retroceso de siglos, que en esta época se permita restringir a las mujeres este derecho.
“Afganistán es ahora el único país del mundo que prohíbe la educación de las niñas”, dijo.
Por tal motivo, envió una misiva a Pakistán, dirigida al primer ministro Imran Jan, con el objetivo de promover la protección de mujeres y niñas que llegan al dicho territorio.
Cabe recordar que, luego de la instalación de los talibanes, el pasado mes de agosto, se retoman las viejas costumbres del poderío extremista en donde las mujeres no figuran como un ente relevante de la sociedad.
Razón por la que las niñas y mujeres se vieron en la necesidad de dejar sus estudios.
Sin embargo, como pantalla hacia el mundo exterior, los talibanes detallaron que sí permitirán el acceso a las aulas de estas, siempre y cuando se haya garantizado la seguridad y la segregación estricta de acuerdo a su interpretación de la ley islámica.
Malala y los Talibanes
La preocupación de la activista no es para menos, luego de que en carne propio vivió durante su niñez los terribles estragos del régimen extremista.
Desde su niñez Malala fue una luchadora de los derechos y la educación, fue en 2012 que el nombre de Malala se escribiría en la historia del mundo cuando, luego de dar a conocer sus ideas y sus sueños de continuar sus estudios.
Un día mientras Yousafzai, quien ya era conocida en todo el mundo recibió un disparo en la cabeza a manos de dos jóvenes talibanes quienes – con esta acción emitieron el mensaje claro del gobierno- mujer que levantara la voz seria callada.
Después de varios días en coma y gracias a su fortaleza logró sobrevivir, y el hecho solo sirvió para que con mayor fuerza luchará por los derechos de aquellas mujeres que fueron calladas y aquella que no podían levantar la voz.
En 2014, Malala obtuvo el Premio Nobel de la paz, siendo la galardonada más joven del mundo. Actualmente continua como activista en el mundo a favor de los derechos de los más desprotegidos.