La crisis por la pandemia de Covid-19 tendrá efectos devastadores en la educación y la formación de los jóvenes, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En su último informe, refiere que desde el comienzo de la pandemia, más del 70 por ciento de jóvenes que estudian o compaginan sus estudios con trabajo se han visto afectados adversamente por el cierre de escuelas, universidades y centros de formación.
Señala que el 65 por ciento de los jóvenes considera que su actividad educativa se ha visto afectada adversamente desde el comienzo de la pandemia, como consecuencia del período de transición de la enseñanza presencial en las aulas a la enseñanza en línea o a distancia durante la fase de confinamiento.
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"Pese a sus esfuerzos por proseguir sus estudios y su formación, la mitad de esos jóvenes opina que la conclusión de sus estudios se verá retrasada, y el 9 por ciento señala que podría tener que abandonarlos definitivamente", expone el documento.
Afirmó que la situación ha sido aún peor para los jóvenes que viven en los países de ingresos más bajos, en los que existen mayores deficiencias en materia de acceso a Internet y disponibilidad de equipos, y en ocasiones, de espacio en el hogar.
Ello pone de relieve la enorme “brecha digital” entre regiones; mientras que el 65 por ciento de los jóvenes de los países de altos ingresos pudieron asistir a clases impartidas por videoconferencia, la proporción de jóvenes que pudo proseguir sus estudios en línea en los países de bajos ingresos fue únicamente del 18 por ciento.
“La pandemia tiene una repercusión muy adversa en los jóvenes. No sólo merma su empleo y futuro profesional, sino que menoscaba en gran medida su educación y formación, y por ende, su bienestar mental. No podemos permitir que eso suceda”, remarcó Guy Ryder, director general de la OIT.
Ante este escenario, consideró fundamental que se escuche la voz de los jóvenes para dar una respuesta más inclusiva a la crisis de la Covid-19. Según se recoge en el informe, la participación de los jóvenes en la toma de decisiones en consonancia con sus necesidades y proyectos aumenta la eficacia de las políticas y los programas y les brinda la oportunidad de contribuir a su aplicación.