El Departamento de Estado de EEUU confirmó este miércoles que ordenó a China cerrar su consulado en Houston (Texas), una decisión que ha sido duramente criticada por el Gobierno de Pekín, que amenazó con tomar represalias si no rectifica.
Según la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, el cierre del Consulado General de China en Houston se produjo para proteger la propiedad intelectual estadunidense y la información privada de sus ciudadanos, informan medios locales.
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La Convención de Viena establece que los diplomáticos deben “respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor” y “tener el deber de no interferir en los asuntos internos de ese Estado”, continuó Ortagus, citada por la cadena CNBC.
Agregó que Washington “no toleraría las violaciones de la República Popular de China a la soberanía estadunidense y la intimidación de nuestro pueblo”, del mismo modo “que no hemos tolerado las prácticas comerciales injustas de este país, el robo de empleos estadounidenses y otros comportamientos atroces”, cita la cadena.
Provocación “sin precedentes”
China había denunciado horas antes que Estados Unidos le había exigido el cierre inmediato de su consulado general en Houston, una medida que calificó de provocación “sin precedentes”.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Wang Wenbin afirmó que “Estados Unidos ha pedido el cese inmediato de todas las operaciones del consulado a partir del día 24 de julio“, lo que supone “una violación de las normas internacionales y de los acuerdos consulares entre los dos países, así como un intento de socavar las relaciones bilaterales”.
“Pedimos a EEUU que se retracte de esta decisión errónea, o de lo contrario China tomará las represalias legítimas y necesarias“, dijo Wang, quien añadió que el cierre del consulado “en un periodo de tiempo tan corto” supone “un aumento sin precedentes de las acciones que ese país ha llevado a cabo contra China”.
El nuevo incidente entre ambas potencias se produce un día después de que EEUU acusase a sus servicios de Inteligencia de apoyar los ciberataques de dos ‘hackers’ chinos contra empresas de 11 países para intentar robar datos de la vacuna para la COVID-19 y secretos de tecnología militar.