La ciudad de Mineápolis despidió este jueves, 10 días después de su asesinato, a George Floyd, mientras los policías implicados se acusaron entre ellos ante un juez, que fijó una fianza de 750 mil para tres de ellos.
Floyd será enterrado el próximo martes en Texas, pero este jueves se celebró una ceremonia en Mineápolis, ciudad en la que vivía desde hacía algunos años y en la que fue asesinado el lunes de la semana pasada provocando el estallido de las mayores protestas raciales del siglo XXI en Estados Unidos.
Información relacionada: Floyd dejó último mensaje pidiendo fin a violencia con armas
Mientras el principal acusado de la muerte, Derek Chauvin, sobre el que pesa un cargo de asesinato en segundo grado, no comparecerá ante un juez hasta la semana próxima, este jueves lo hicieron sus tres compañeros, que enfrentan cargos criminales por ser cómplices.
Dos de estos policías, Thomas Lane y J. Alexander Kueng, ambos novatos en el cuerpo, acusaron a Chauvin al ser el agente experimentado y el encargado de adiestrarles, y aseguraron que le instaron a no seguir presionando el cuello de Floyd.
“Él (Chauvin) tiene 20 años de experiencia. ¿Qué se suponía que debía hacer mi cliente sino seguir las instrucciones de su oficial de capacitación?”, dijo el abogado de Lane, que cumplía su cuarto día en el cuerpo el lunes del asesinato de Floyd.
Por su parte, el cuarto agente, Tou Thao, está colaborando con las autoridades desde antes incluso de su detención, según explicó su abogado, lo que evidencia una clara ruptura entre los implicados, algo muy extraño en casos con policías como acusados.
El juez, Paul R. Scoggin, fijó fianzas de 750 mil dólares para cada uno de estos tres acusados, rechazando así las peticiones de las defensas, que habían pedido cifras reducidas.