En los próximos meses, el mundo vivirá eventos meteorológicos extremos, como temperaturas anormalmente altas de la superficie del océano en latitudes tropicales en la Tierra, así como un déficit de precipitación en el territorio de América del Sur y la península de Indostán, a la vez que una cantidad considerablemente grande de precipitación caerá sobre Australia, Indonesia y la parte oriental del Océano Índico.
Estas conclusiones fueron alcanzadas por el grupo de expertos que redactó el boletín del Clima Global Estacional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Cuatro veces al año, la OMM publica un reporte sobre el clima estacional, con previsiones basadas en datos de 13 centros mundiales de predicción a largo plazo ubicados en todo el mundo.
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Sin embargo, el 25 de abril publicó otro documento que describía las tendencias climáticas en todo el planeta para mayo, junio y julio de 2020, en el cual los expertos compararon los resultados del modelado basado en observaciones instrumentales recientes con tendencias normales.
Llegaron a la conclusión de que, en la mayor parte del planeta, la temperatura de la capa superficial de la atmósfera estará por encima de los valores normales durante los siguientes tres meses, y esperan una tendencia similar para la precipitación, que en muchas regiones será excesiva.
Sin embargo, en casi toda Sudamérica y África, así como en la península de Indostán (región del subcontinente indio que comprende India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, Islas Maldivas, Bután y Nepal), las precipitaciones serán menores de lo habitual.
Por el contrario, para el archipiélago indonesio y para Australia, esperan precipitaciones pluviales anormalmente altas. Asimismo, esperan un aumento crítico en la temperatura del agua en las latitudes tropicales de los océanos durante la temporada del verano boreal, y consideran que, juntos, estos fenómenos indican un posible aumento de los ciclones tropicales y un mayor riesgo para los arrecifes de coral.
Los expertos enfatizaron que la COVID-19 causó un daño enorme a sectores clave de la economía y los sistemas nacionales de salud, por lo que en este momento es especialmente importante que los gobiernos confíen en pronósticos climáticos precisos, porque el clima también juega un papel crucial en la resolución de cuestiones sociales.
Destacaron que las organizaciones públicas y políticas internacionales no siempre escuchan los pronósticos de los científicos, y señalan como ejemplo una encuesta reciente en la cual los principales expertos en el campo de la climatología consideran que las estimaciones del aumento del nivel del mar expresadas por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático están subestimadas y los daños podrían ser mucho mayores de lo considerado hasta ahora.