Los fallecidos en Italia por el coronavirus alcanzaron este jueves los 1,016, al haber muerto en las últimas veinticuatro horas 188 personas, según los últimos datos ofrecidos por el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli.
Los casos positivos actuales ascienden a 12,839, un incremento de más de 2,000 en solo un día, y 1,258 personas se han curado, con lo que el número total de contagios desde el principio de la crisis es de 15,113.
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Lombardía es la región más afectada, con 744 fallecidos y 6,896 casos positivos actualmente. Le sigue Emilia-Romaña, con 146 muertos y 1,758 casos.
Borrelli pidió a los italianos que eviten en la medida de lo posible salir a la calle para intentar contener la propagación del virus y se refirió a los trabajadores de las fábricas del norte del país, que este jueves protestaron en una huelga para pedir al Gobierno que suspenda la actividad productiva de forma temporal.
El Ejecutivo italiano decretó el miércoles el cierre de todos los negocios a nivel nacional, excepto aquellos que ofrecen servicios esenciales como supermercados y farmacias, para intentar contener la propagación del virus, una decisión que estará vigente hasta el 25 de marzo.
Pero no ordenó la clausura de las fábricas, sino que pidió a las empresas que adopten protocolos de seguridad y garanticen que sus trabajadores desarrollan sus labores en condiciones sanitarias adecuadas.
Borrell dijo que es fundamental “mantener la distancia de un metro entre las personas” para prevenir el contagio y que, si no se puede en el puesto de trabajo, “es aconsejable utilizar mascarilla”.
“Es necesario mantener la distancia, también en familia, creo que va en el interés de todos. Un poco de prudencia creo que no hace mal a nadie”, apuntó.
El jefe de Protección Civil también hizo un llamamiento para que los italianos sigan donando sangre “porque es fundamental para salvar vidas” en esta emergencia.
En otra conferencia de prensa desde Milán, el consejero de Sanidad de Lombardía, Giulio Gallera, dijo que el número de contagios en esta región, que no para de crecer, está poniendo en dificultad al sistema sanitario y hay “un número cada vez mayor de hospitales en dificultad extrema”.