Un total de 118 personas han muerto en Nigeria por una nueva epidemia de fiebre de Lassa (una enfermedad hemorrágica aguda) declarada a comienzos del pasado enero, según el último parte emitido por el Centro de Control de Enfermedades (NCDC) de este país africano.
En un comunicado, el NCDC señaló que, hasta el 23 de febrero, se han registrado 689 casos confirmados y 2 mil 633 sospechosos en 27 estados de Nigeria, la nación más poblada de África, con casi 200 millones de habitantes.
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El año pasado, el país ya sufrió otra epidemia de fiebre de Lassa que causó más de 160 muertos, y en 2018 la enfermedad provocó el fallecimiento de 171 personas.
“El número de casos sospechosos ha aumentado de manera significativa en comparación con el mismo periodo de 2019”, subrayó el NCDC, al recordar que, del 1 de enero al 23 de febrero del año pasado hubo 1.249 casos sospechosos, 381 confirmados y 83 muertos.
Las autoridades recuerdan que un “buen saneamiento e higiene personal” ayudan a reducir el riesgo de propagación”, y recomiendan a la población “informar pronto a un centro sanitario”, lo que incrementa las probabilidades de “supervivencia”.
El virus de Lassa, que normalmente portan y transmiten los roedores, es una enfermedad endémica del África occidental, donde se registran de 300 mil a 500 mil casos al año.
La fiebre tiene un período de incubación de entre 6 y 21 días, y los síntomas incluyen dolores de cabeza, náuseas, vómitos o diarrea.
El contagio puede producirse entre personas, incluso en entornos hospitalarios que carezcan de medidas de control de infecciones.
Esa fiebre toma su nombre de la localidad nigeriana de Lassa, en el estado norteño de Borno, donde se descubrió por primera vez en 1969.