El Gobierno de Estados Unidos ya ha comenzado a enviar a Oriente Medio a tres mil 500 soldados y ha aumentado los niveles de ciberseguridad de sus sistemas informáticos ante las amenazas de Irán, que ha prometido vengar el asesinato del comandante iraní Qasem Soleimaní.
“Estamos preparándonos para todo tipo de respuestas”, afirmó el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, en una entrevista en la cadena Fox.
Información relacionada: Líder de Hezbolá advirtió a Soleimani de riesgo de homicidio
“Estamos trabajando para reforzar nuestra postura en la región con el aumento de las tropas. También estamos actuando para proteger nuestros sistemas de ciberseguridad y asegurarnos de que están tan preparados como sea posible. Mi equipo, los diplomáticos de la región, están haciendo todo lo que pueden para estar preparados en caso de que Irán cometa el error de ir tras ellos”, añadió.
El pasado sábado, cientos de soldados estadunidenses de la 82 división de infantería paracaidista abandonaron su base militar en Fort Bragg, en el estado de Carolina del Norte, y pusieron rumbo a Kuwait, desde donde Washington coordina sus operaciones a Irak y Afganistán.
Según dijo a Efe el teniente coronel Mike Burns, portavoz de esa unidad de infantería, el despliegue concluirá en los próximos días y su objetivo será servir de refuerzo a los entre 60 mil y 70 mil militares que EEUU, ya tiene desplegados en diferentes países de la región, como Baréin, Catar y los Emiratos Árabes Unidos.
A pesar de la llegada de nuevos efectivos, la coalición internacional liderada por EEUU para luchar contra el Estado Islámico, ha anunciado la suspensión de sus actividades de apoyo y entrenamiento de las tropas iraquíes.
El ataque contra Soleimani, considerado un héroe en el país persa, ha provocado una escalada de la tensión en la región y un continuo intercambio de amenazas entre Washington y Teherán.