El rey español Felipe VI citó el lunes y el martes a los diferentes partidos políticos para intentar terminar con el bloqueo político que podría llevar a las cuartas elecciones en cuatro años en este país, anunció este jueves la Casa Real.
Vencedor de las elecciones legislativas de finales de abril, el jefe del gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez, no consiguió ser re investido en el Congreso a finales de julio donde no dispone de mayoría absoluta.
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Para seguir gobernando, necesita del apoyo de la izquierda radical de Podemos, con la que no consiguió cerrar un acuerdo entonces, y de otros pequeños partidos regionales.
Tiene de plazo para conseguirlo hasta el 23 de septiembre, la fecha límite para evitar que se convoquen automáticamente nuevas elecciones para el 10 de noviembre.
Serían los cuartos comicios legislativos en cuatro años en este país tras la profunda fragmentación del espacio político vivida tras la crisis económica y el estallido de numerosos casos de corrupción en los partidos tradicionales.
“Su Majestad el Rey (…) ha comunicado a la Señora Presidenta del Congreso (Meritxell Batet) su decisión de celebrar nuevas consultas los días 16 y 17 de septiembre” con los partidos representados en el Congreso, indicó la Casa Real en un comunicado.
El objetivo de estas reuniones es ver si el monarca “puede proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso de los Diputados, en su caso, le otorgue su confianza”, añadió el texto.
En caso contrario, se deberá proceder a la disolución del Parlamento y la convocatoria de unas nuevas elecciones.
Sánchez debe recibir un mandato formal del rey para poder presentar de nuevo su candidatura ante el Congreso de los diputados.
El miércoles, en esa cámara, el líder socialista y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se culparon mutuamente del bloqueo político existente.
Las relaciones entre el PSOE y Podemos, aliados hace un año para desbancar al conservador Mariano Rajoy con una moción de censura e investir a Sánchez en junio de 2018, están ahora enquistadas.
La principal discrepancia es la conformación del gobierno: Podemos reclama una coalición pero los socialistas le ofrecen pactar un programa común sin entrar en el ejecutivo.
En julio, tras unos días de negociación, el PSOE había aceptado finalmente un gobierno conjunto con Podemos, que consideró insuficientes los cargos propuestos.