El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visiblemente molesto, justificó la cancelación de su visita al país escandinavo por el tono “desagradable” de las declaraciones de la primera ministra danesa de vender Groenlandia.
“Creo que el comunicado de la primera ministra es desagradable”, dijo el mandatario. “Ella podría haber dicho: ‘no, preferimos no hacerlo'”, señaló. “No fue una forma elegante de hacerlo”, añadió Trump.
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“Ella no se dirige a mí, está hablando a Estados Unidos de América. No se habla de esa manera a Estados Unidos”, advirtió el exmagnate inmobiliario.
La primera ministra danesa, Mette Fredriksen, calificó la semana pasada como “absurda” la propuesta de compra y aseguró que Copenhague carece de poder para vender Groenlandia, que cuenta con un alto grado de autonomía.
El miércoles temprano, el Gobierno danés trató de quitarle hierro al asunto: “Evidentemente estoy contrariada y sorprendida por la cancelación de la visita”, pero “Dinamarca y Estados Unidos no están en crisis”, declaró Fredriksen.
El líder republicano anunció el martes, en una serie de tuits, que retrasaba su visita a Dinamarca, durante la que tenía prevista una reunión con la primera ministra, por la falta de interés mostrada por Frederiksen en discutir el tema.
“En base a los comentarios de la primera ministra Mette Frederiksen sobre que no tendría ningún interés en discutir la compra de Groenlandia, postergaré para otro momento nuestra reunión prevista para dentro de dos semanas”, destacó Trump en uno de sus tuits.
Este anuncio tiene lugar en medio de una nutrida agenda diplomática para el líder estadunidense, quien pronto volará hacia Francia, donde asistirá a la cumbre del G7 en Biarritz (suroeste), del 24 al 26 de agosto.
El mandatario estadunidense podría encarnar el papel de aguafiestas debido a que los elementos de disputa entre Estados Unidos y sus aliados tradicionales se multiplican.