El presidente francés Emmanuel Macron y su homólogo italiano Sergio Mattarella dieron este jueves el pistoletazo de salida para las conmemoraciones de los 500 años de la muerte en Francia de Leonardo da Vinci, rindiendo homenaje al genio del Renacimiento en una muestra de unidad tras meses de tensiones diplomáticas.
“El vínculo entre nuestros países y nuestros ciudadanos es indestructible”, dijo Macron después de que los dos líderes almorzaran en el Clos Lucé, la suntuosa casa señorial donde Da Vinci pasó los últimos tres años de su vida, como invitado del rey Francisco I.
Francia e Italia, unidas por el 500\u00b0 aniversario de la muerte de Leonardo Da Vinci.
En medio de un clima de tensión diplomática entre París y Roma, Macron y Mattarella visitaron juntos la tumba del genio del Renacimiento \u2b07\ufe0f pic.twitter.com/r4Ig3AkjP8
— TN – Todo Noticias (@todonoticias) 2 de mayo de 2019
Los dos jefes de Estado comenzaron su visita en el palacio real de Amboise, donde depositaron coronas de flores en la tumba del maestro florentino.
Da Vinci, que encarnó el Renacimiento europeo, murió en esta tranquila ciudad en el valle del río Loira el 2 de mayo de 1519.
Esta celebración conjunta se produce después de meses de crecientes tensiones diplomáticas entre París y Roma, a raíz del apoyo expresado por el mandatario italiano a las protestas de los “chalecos amarillos” en Francia.
En el momento de peor tensión bilateral desde el fin de la II Guerra Mundial, el gobierno de Macron llegó a llamar brevemente a su embajador en Roma para consultas, un gesto de inusual gravedad en el ámbito diplomático.
El sábado la ciudad de Amboise fue el centro de una protesta de los “chalecos amarillos“, y por ello, para evitar problemas por la presencia de los dos presidentes, la ciudad estaba el jueves prácticamente desierta por medida de seguridad.
El tráfico en la pequeña localidad de 13 mil habitantes estaba prohibido en un radio de cinco kilómetros. Los comercios, bares y restaurantes cerca del palacio, que por lo general estaban repletos de gente, tuvieron que permanecer cerrados el jueves.
Emmanuel Honnet, dueño del Café des Arts, a un costado del palacio, dijo que las precauciones eran “comprensibles, dado el terrible clima social y el riesgo (de un ataque) terrorista”.
Sin embargo, el hombre de 51 años no escondió su “frustración” ante la constatación de que los vecinos de Amboise quedarán en gran medida al margen de las celebraciones.