Es un día húmedo de noviembre en la ciudad de Luxor, en el sur de Egipto, y los turistas que recorren los antiguos templos de Luxor y Karnak están sudando. Pero el calor también hace sufrir a los monumentos de la ciudad, de 7.000 años de antig\u00fcedad.
Temperaturas cada vez más altas relacionadas con el cambio climático, así como un clima más impredecible, particularmente fuertes lluvias e inundaciones, están afectando cada vez más la antigua cantería, advierte Abdelhakim Elbadry, experto en restauración que trabaja en el templo de Karnak.
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“Los cambios son evidentes en el daño y las grietas de las fachadas de muchas tumbas, así como en el cambio del color de las piedras arqueológicas, como resultado de la alta temperatura y humedad”, dijo Elbadry a la Fundación Thomson Reuters.
Foto: Un turista toma una foto de un antiguo muro en el templo de Karnak en Luxor, en el sur de Egipto / Fundación Thomson Reuters / Menna A. Farouk
Granito que alguna vez fue de color rosado se ha desvanecido a rosa pálido o incluso gris claro en los últimos 15 años.
Según expertos en conservación, el cambio climático está dificultando aún más los esfuerzos para proteger los famosos pero frágiles sitios arqueológicos de Egipto.
Desde las pirámides y la Esfinge hasta la Ciudadela de Qaitbay y un antiguo anfiteatro romano cerca del Mar Mediterráneo, los sitios históricos del país enfrentan crecientes amenazas de un clima más violento y el aumento del nivel de los mares.
El egiptólogo Zahi Hawass, exministro de Estado de Asuntos de Antig\u00fcedades del país, dijo que prácticamente todos los sitios arqueológicos al aire libre en Egipto están en peligro por vientos y humedad más fuertes, temperaturas más altas e inundaciones más grandes.
“Creo que en 100 años todas estas antig\u00fcedades desaparecerán debido al cambio climático”, advirtió Hawass.
Foto: Un turista observa la antigua cantería en el Templo de Luxor, en el sur de Egipto / Fundación Thomson Reuters / Menna A. Farouk
El egiptólogo indicó que las oficinas atendidas por especialistas deberían establecerse cerca de cada uno de los sitios arqueológicos del país para registrar los cambios que tienen lugar, tratar de encontrar soluciones inmediatas y coordinar la restauración de daños.
Hawass señaló que ha pedido un esfuerzo conjunto de Egipto y la Unión Europea para tratar de mitigar los efectos del cambio climático en las antig\u00fcedades egipcias.
Monica Hanna, arqueóloga de la Academia Árabe de Ciencia, Tecnología y Transporte Marítimo, dijo que cree que muchos sitios históricos egipcios cerca del mar Mediterráneo podrían ver daños significativos por el aumento del nivel del mar vinculado al cambio climático en los próximos 30 años.
Alejandría, la segunda ciudad más grande de Egipto, enfrenta algunos de los mayores riesgos.
En declaraciones en Alemania el año pasado, Patricia Espinosa, jefa de la secretaría de cambio climático de la ONU, declaró que la crisis representaba amenazas particularmente graves para ciudades costeras bajas como Alejandría y Osaka en Japón.
Los impactos climáticos “no van a mejorar, van a empeorar”, advirtió.
Pero las antig\u00fcedades de Egipto además se ven amenazadas por otros factores: desde el empeoramiento de la contaminación del aire hasta la expansión de los asentamientos a medida que crece la población del país, dijo Hanna.
La contaminación del aire puede erosionar los bloques de piedra caliza y arenisca que componen muchas estructuras antiguas, apuntó, y la construcción de áreas de vivienda sin sistemas de alcantarillado adecuados, en áreas cercanas a sitios históricos, puede causar daños “tremendos”.
El egiptólogo Hawass dijo que los turistas visitantes también siguen siendo una amenaza para las estructuras que admiran.
“Los flashes de los teléfonos móviles, la respiración y tocar las antig\u00fcedades, todo esto tiene efectos realmente nocivos”, dijo.