El primer ministro de China, Li Keqiang, se reunió este lunes en Beijing con la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, para tratar los desafíos que presenta la ciudad tras casi siete meses de protestas que han supuesto un “serio revés” para la economía local.
Li señaló en su reunión con Lam que Hong Kong tiene que continuar con sus esfuerzos para poner fin a la violencia y detener el caos de acuerdo con la ley y restablecer el orden, además de la necesidad de estudiar con urgencia cómo solucionar los conflictos más arraigados en la sociedad hongkonesa.
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Hong Kong registra una recesión económica, luego de que varios sectores registraron un duro revés, pero el Gobierno chino sigue confiando en el Ejecutivo local de Lam para “restaurar el orden” en la ciudad financiera.
Según el primer ministro chino, Lam ha hecho “todo lo posible” para salvaguardar la estabilidad social, y ha puesto en marcha una serie de medidas para “estabilizar el empleo y ayudar a los negocios”.
Lam, se encuentra en Beijing, donde tiene previsto reunirse también con el presidente chino, Xi Jinping, en el marco de su segunda visita a la capital del país asiático desde principios de noviembre, y la primera desde que la oposición hongkonesa arrasara en las elecciones a consejeros del distrito del mes pasado.
Las reuniones se producen después de que la policía de Hong Kong disparó gas lacrimógeno en enfrentamientos callejeros nocturnos con manifestantes el domingo, mientras la peor crisis política de la antigua colonia británica en décadas se prolonga hasta el séptimo mes, destaca Channel News Asia.
Hong Hong registra una serie de manifestaciones que comenzaron el 9 de junio a raíz de un polémico proyecto de ley de extradición, ya retirado por el gobierno, pero el movimiento se transformó en una denuncia por el recorte de libertades y la falta de reformas democráticas, en el mayor desafío de la excolonia británica desde la Revolución de los Paraguas de 2014.
Las protestas antigubernamentales en la ciudad desde junio han planteado uno de los mayores desafíos populistas al gobierno de Xi. Los disturbios también han complicado los lazos entre China y Estados Unidos en un momento de tensiones elevadas, incluido el comercio.