El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva agradeció hoy a sus simpatizantes y amigos por acompañarlo y darle fortaleza durante los 580 días que estuvo en prisión.
Ante los cientos de simpatizantes, familiares y amigos que se encontraban frente a la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, en el estado de Paraná, Lula señaló: “ustedes no saben la dimensión del significado de estar aquí junto a ustedes”.
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El expresidente de #Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dejó este viernes la cárcel donde cumplía una condena por corrupción pic.twitter.com/3DcXdxYCQF
— MVS Noticias (@MVSNoticias) November 8, 2019
“Yo, que durante la vida entera estuve conversando con el pueblo brasileño, no pensé que estaría con hombres y mujeres que, durante 580 días, estuvieron aquí” sin importar la lluvia, el intenso calor y el frío, aseveró el exgobernante brasileño (2003-2011).
“Eu saio com muita vontade de voltar a lutar” pic.twitter.com/7FpiXvjAWl
— Lula (@LulaOficial) November 8, 2019
“Ustedes han sido mi alimento de democracia que yo necesitaba para resistir esta bajeza, el lado podrido del Estado, de la justicia, de la policía, ellos intentaban criminalizar a la izquierda y a Lula”, indicó el exmandatario, ante las expresiones de júbilo de sus cientos de simpatizantes.
El expresidente brasileño salió este viernes de prisión, luego que el juez Danilo Pereira, del Tribunal Federal de Curitiba, aceptara la solicitud presentada por la defensa para su liberación inmediata.
Los abogados de Lula da Silva presentaron su petición, luego que la víspera un fallo del Tribunal Supremo de Brasil determinó que la prisión de una persona condenada únicamente en segunda instancia es inconstitucional.
La decisión sobre la liberación de Lula recayó en el juez Pereira, ya que la magistrada encargada del caso contra el exdirigente sindical, Carolina Lebbos, se encuentra de vacaciones, de acuerdo con el diario local Folha de Sao Paulo.
El 7 de abril de 2018, Lula da Silva ingresó a prisión para cumplir una condena de ocho años y 10 meses por corrupción y lavado de dinero por haber aceptado de una empresa constructora la remodelación de un departamento de lujo de tres pisos en Guarujá, en la costa de Sao Paulo, a cambio de contratos gubernamentales.
El juicio que llevó a Lula a la cárcel ha sido considerado como una persecución judicial en su contra para impedir su postulación como candidato presidencial en los comicios de 2018.
Su liberación no anula la condena, ni le devuelve sus derechos políticos, ya que el líder brasileño deberá continuar el proceso en su contra fuera de la prisión.
La defensa del exmandatario deberá, a partir de ahora, agotar todas las instancias disponibles para demostrar su inocencia de los cargos que se le imputan.
Tras el encuentro con sus simpatizantes en Curitiba, Lula se trasladará a la localidad ABC (Sao Paulo), donde comenzó su lucha política.