El primer ministro del Reino Unido, el conservador Boris Johnson, notificó este lunes por carta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que acepta la extensión de tres meses al “brexit” que han acordado los 27 socios comunitarios restantes.
Johnson subraya en su misiva que está obligado por ley a dar su beneplácito a esa prórroga, aunque él deseaba romper los lazos con la Unión Europea (UE) en la fecha prevista hasta ahora, el próximo jueves.
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Mientras el Reino Unido continúe integrado en las instituciones comunitarias, el Gobierno británico “no tratará de perturbar su funcionamiento de forma deliberada”, dijo el primer ministro, aunque protegerá “los intereses nacionales” del Reino Unido, recalcó.
El mandatario conservador urgió al resto de líderes europeos a “dejar claro” que “no es posible” una nueva extensión de la salida de la UE más allá de la nueva fecha límite, el próximo 31 de enero.
Johnson compareció este lunes en la Cámara de los Comunes para defender su propuesta de convocar unas elecciones generales anticipadas en el Reino Unido el 12 de diciembre, un plan que se votará esta misma tarde.
Poner las urnas “impedirá que este Parlamento continúe simplemente extendiendo nuestra permanencia (en la UE) una y otra vez”, afirmó.
Para celebrar unos comicios antes del término de la legislatura, en 2022, el Gobierno necesita el respaldo de al menos dos tercios de los diputados, que por ahora no tiene asegurado.
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, afirmó que no confía en que Johnson mantenga su palabra de convocar los comicios el 12 de diciembre si su formación vota a favor de unas elecciones, dado que el jefe de Gobierno tiene la prerrogativa de fijar la fecha definitiva una vez el Parlamento haya aprobada la moción.
Si los laboristas, con 244 de los 650 escaños en los Comunes, no respaldan el plan, el Ejecutivo no podrá seguir hoy adelante con la convocatoria.
Fuentes de Downing Street, despacho oficial de Johnson, han sugerido sin embargo a los medios que el Gobierno contempla la posibilidad de poner en marcha una estrategia alternativa si el Parlamento rechaza su propuesta.
Johnson evalúa enmendar la ley electoral británica para permitir de forma excepcional la celebración de unos comicios en una fecha determinada, para lo cual solo necesitaría el respaldo de la mitad de la cámara.
El Partido Nacionalista Escocés (SNP) y el Partido Liberal Demócrata han sugerido que ven con buenos ojos esa estrategia, que podría salir adelante con sus votos.