El candidato opositor Alberto Fernández llevó al peronismo de centroizquierda de vuelta al Gobierno el domingo, al superar al mandatario Mauricio Macri en los comicios generales con una cómoda ventaja y lograr la presidencia de Argentina.
Con casi el 92% de los votos escrutados, Fernández obtenía el 47,87% de los sufragios frente al 40,62% del neoliberal Macri, que era el preferido por los mercados pese a que su popularidad se ha derrumbado en los últimos meses por la grave crisis económica que atraviesa el país.
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Al superar el 45% de los votos, Fernández evitó el balotaje.
“Quiero felicitar al presidente electo Alberto Fernández, acabo de hablar con él”, dijo Macri ante sus seguidores en su sede de campaña. “Lo invité mañana a desayunar a la (Casa) Rosada porque tiene que empezar un período de transición”.
La reactivación de la economía, el combate a la pobreza y la renegociación de un acuerdo por 57.000 millones de dólares firmado el año pasado -cuando despuntaba la crisis- entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) serán las prioridades en las que Fernández tendrá que enfocarse cuando asuma el poder en diciembre.
“Este triunfo rotundo en primera vuelta es una expresión muy clara del pueblo argentino”, dijo Felipe Solá, uno de los asesores más cercanos a Fernández.
A la luz de las pantallas que decían “Argentina de pie”, miles de partidarios festejaban en la sede de Buenos Aires del Frente de Todos, la alianza encabezada por el peronismo. Bocinazos de festejo podían oírse en distintos barrios de la capital argentina.
“Alberto ya ganó y estoy feliz, súper contenta. Pasamos cuatro años muy duros. La emoción y las expectativas que tenemos son porque sabemos que vuelve un Gobierno que piensa en el pueblo”, dijo a Reuters Paola Fiore, una empleada pública de 35 años que participaba de los festejos de la oposición.
Pese a ser considerado un político moderado, el arribo de Fernández a la presidencia es visto con preocupación por los mercados financieros, que temen amplias regulaciones de la economía como las que aplicó su compañera de fórmula, la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner.
El líder opositor, que logró aunar al peronismo para las elecciones, fue jefe de Gabinete en parte de las gestiones del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y de su compañera de lista (2007-2015).