La región española de Cataluña vive este miércoles una nueva jornada de protestas, con los grupos independentistas radicales incendiando contenedores y montando barricadas en las principales capitales de esa comunidad autónoma, mientras el Gobierno español intensificó los contactos con las diferentes fuerzas políticas y pidió la condena de esos actos.
En una rueda de prensa tras reunirse con los principales partidos con representación parlamentaria, el jefe del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, exigió hoy al presidente del Gobierno regional, el independentista Quim Torra, que condene los actos violentos.
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Sánchez rechazó la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que supondría la pérdida del autogobierno regional, o la Ley de Seguridad Nacional, aprobada por el PSOE y PP en 2015, que ofrece al Gobierno “autoridad funcional” para dirigir las acciones que procedan “en materia de seguridad y orden público” ante una situación de interés para la nación.
Según dijo, “es muy importante que los violentos y quienes los amparan o jalean, aunque sea de palabra”, se enfrenten a la “moderación” como respuesta, ya que su esperanza es que el Gobierno entre en sus “provocaciones”.
En referencia Torra, Sánchez aseguró que ningún gobernante “puede ocultar su fracaso con cortinas de humo y fuego” y le recodó que tiene el deber “moral y político” de frenar los altercados.
Como parte de lo que se ha denominado “marchas por la libertad”, sin embargo el presidente regional catalán se unió al recorrido que, partiendo de distintos puntos de Cataluña, el independentismo inició hoy en diversas columnas por carreteras con el objetivo de converger en Barcelona el próximo viernes, cuando sindicatos independentistas han convocado una huelga general.
En unas breves declaraciones, Torra evitó condenar los actos de violencia de las dos últimas noches y señaló que tanto él como su gobierno “están al lado de la gente”.
Los otros partidos piden contundencia
Tanto el líder del Partido Popular (PP), el conservador Pablo Casado, como el de Ciudadanos (liberales), Albert Rivera, reclamaron hoy a Sánchez que actúe ya y de manera contundente.
Mientras, el secretario general de la izquierdista Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, manifestó que apoyará al Gobierno español en aquellas medidas que incidan en la “desinflamación” y se mostró contrario a las “medidas excepcionales” que plantean Casado y Rivera, por lo que instó a Sánchez a decir si está con ellos o por el diálogo.
La ultraderecha, representada por Vox, y que no fue incluida en las reuniones del presidente del Gobierno con otras formaciones, fue más allá al considerar que ante la situación de “gravedad excepcional” en Cataluña es necesario la declaración del Estado de excepción es esa región.
La brecha independentista
Mientras tanto en el seno independentista, el consejero de Interior del Gobierno regional catalán, Miquel Buch, llamó a “aislar a los violentos” para no poner en riesgo el control de la policía autonómica catalana.
Buch compareció en una rueda de prensa que se postergó, aplazó y convocó varias veces a lo largo del día, y en la que se especuló con su posible dimisión, tal y como habían pedido los grupos radicales que se enfrentaron a los policías regionales unas horas antes.
Lejos de ello, el político catalán condenó sin paliativos la violencia de lo que consideró “grupos minoritarios” de “provocadores y agitadores”.
Según el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y los Mossos d’Esquadra (la policía autonómica catalana) resultaron heridas catorce personas, una de ellas de gravedad, mientras que se detuvo a otra persona durante las protestas registradas hoy en Cataluña, frente a los 125 heridos de la jornada precedente y otros 131 del pasado lunes cerca del aeropuerto de Barcelona.