El mexicano Joaqu\ín “el\ Chapo” Guzm\án rechaz\ó este lunes testificar en el juicio abierto contra \él por narcotr\áfico en un tribunal federal de la ciudad de Nueva York, poniendo fin as\í a la incertidumbre de si se sentar\ía en el banquillo de los testigos en un proceso que culminar\á este viernes.
Preguntado por el juez de la corte federal para el distrito Este de Nueva York Brian Cogan, sobre su intenci\ón o no de comparecer ante el tribunal, “el\ Chapo” contest\ó “no, mis abogados y yo hemos hablado y me reservo”.
“No testificar\é”, se escuch\ó en la sala, tras lo cual el magistrado volvi\ó a dirigirse al acusado: “\¿Entiende que tiene derecho absoluto a testificar?”.
“S\í”, contest\ó Guzm\án Loera, a quien el Gobierno acusa de haber traficado m\ás de 155 kilos de droga a EE.UU. como l\íder del C\ártel de Sinaloa.
“\¿Es decisi\ón suya o de sus abogados?”, insisti\ó Cogan, a lo que el presunto capo contest\ó que sus abogados le han aconsejado, “pero yo estoy de acuerdo con ellos”, apunt\ó.
La declaraci\ón de Guzm\án Loera ocurri\ó luego de que el Gobierno culminara con la presentaci\ón de evidencias contra el mexicano, en un juicio que comenz\ó el pasado noviembre y que podr\ía culminar ya esta semana con la deliberaci\ón del jurado.
Est\á a\ún pro decidir si se permitir\á al jurad seguir con su trabajo durante el fin de semana.
La defensa llamar\á ma\ñana martes a testificar a dos agentes para confrontarlos con supuestas incongruencias en las declaraciones de los hermanos Alex y Jorge Cifuentes, que fueron redactadas por estos agentes de la DEA.
El mi\ércoles est\á previsto el cierre de argumentos por parte de la Fiscal\ía y el jueves ser\á el turno de la defensa del “Chapo“.
El viernes, el juez instruir\á al jurado previo a que comience a deliberar sobre los once cargos presentados contra Guzm\án Loera, el principal de mantener una empresa criminal y que incluye adem\ás blanqueo de dinero.
Luego de escuchar las instrucciones del juez, el jurado comenzar\ía a deliberar, seg\ún la agenda presentada por el juez, con la que fiscal\ía y defensa estuvieron de acuerdo.
Durante este juicio, al que acuden turistas y curiosos porque es p\úblico, el Gobierno llev\ó a 56 testigos, de los que 13 fueron cooperantes, socios o exempleados de Guzm\án Loera, y la mayor\ía de ellos est\án en c\árceles de EE.UU. en espera de sentencia o de reducci\ón de su condena a cambio de su testimonio.
Otros est\án en libertad, bajo el programa de protecci\ón de testigos del Gobierno.
Los restantes testigos fueron agentes federales de la DEA o especialistas en an\álisis de documentos encriptados, escrituras a mano, entre otros, porque el Gobierno no ha dejado un cabo suelto en este sonado y costoso juicio, que se ha realizado siempre bajo estrictas medidas de seguridad.
El \último cooperante, Isa\ías Valdez R\íos, un exmiembro de las fuerzas especiales del ej\ército mexicano que trabaj\ó para el acusado como seguridad, secretario y piloto, culmin\ó hoy su testimonio de dos d\ías, en el que cont\ó nuevas torturas espeluznantes y asesinatos cometidos u ordenados presuntamente por su exjefe.
Tambi\én sobre cargamentos de coca\ína que trajo desde Sudam\érica a M\éxico, cuyo destino final fue EE.UU. seg\ún la Fiscal\ía, que hoy present\ó la grabaci\ón de una conversaci\ón sobre unos de esos cargamentos entre Valdez R\íos, conocido como “Mem\ín“, y el acusado.
La defensa trat\ó, como ha hecho con otros testigos cooperantes, de presentarle ante el jurado como mentiroso para lograr una condena menor.
Para ello le confront\ó con segmentos de su declaraci\ón jurada al Gobierno y asegur\ó que algunas de las cosas que les dijo -entre ellas las torturas y asesinatos as\í como un tiroteo entre rivales- las hab\ía visto en internet y no las hab\ía presenciado, como asegur\ó.
Luego testific\ó James Bradley, del Departamento de Defensa, quien realiz\ó un informe sobre el t\únel a trav\és del cual “el\ Chapo” escap\ó desde su celda en la prisi\ón de m\áxima seguridad del Altiplano, en M\éxico, del que dijo tom\ó al menos ocho meses construir.
El \último testigo fue el agente de la DEA Brandon Hamratti que trajo a Guzm\án Loera a Nueva York cuando fue extraditado.