Los conflictos, el desplazamiento y el temor a los ataques a las escuelas ponen en peligro la educación de más de 3.5 millones de niños en los cuatro países que conforman la cuenca del lago Chad, alertó este lunes el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
En un comunicado, Unicef destacó que casi un millar de escuelas han sido cerradas o no se encuentran en condiciones funcionales debido a la violencia y disturbios en el noreste de Nigeria, Chad, Camerún y Níger.
“Donde hay inseguridad, la educación puede ser vital y salvadora de vidas”, expresó Manuel Fontaine, director de programas de emergencia de Unicef.
Fontaine manifestó que la educación apoya el aprendizaje permanente de niños y jóvenes, y les brinda las habilidades necesarias para construir un futuro mejor para ellos y sus familias, y para contribuir a comunidades pacíficas y prósperas.
“Sin embargo, con demasiada frecuencia, falta financiamiento para la educación humanitaria en emergencias”, manifestó el funcionario.
Apuntó que Unicef solicitó 41.7 millones de dólares para cubrir las necesidades educativas de los niños en la crisis y esta apelación recibió solo el ocho por ciento de esta cantidad en la primera mitad de 2018.
Los días 3 y 4 de septiembre de 2018, gobiernos, organizaciones multilaterales e internacionales y actores de la sociedad civil se reunirán en Berlín para la segunda conferencia en la cuenca del Lago Chad.
La cuenca del lago Chad, una de las regiones más pobres del mundo, ha presenciado más de nueve años de conflicto e inestabilidad.
Aunque la situación de seguridad ha mejorado, más de 10 millones de personas, incluidos seis millones de niños, todavía necesitan asistencia humanitaria y 2.4 millones de personas están desplazadas.
La violencia continua y los ataques recurrentes en pueblos y ciudades dificultan el regreso de las personas desplazadas a sus hogares y la reconstrucción de sus vidas.
“A medida que las comunidades se recuperan del conflicto, las inversiones sostenidas en servicios como la educación son esenciales para la estabilidad a largo plazo y el bienestar de la región y sus niños”, declaró Marie-Pierre Poirier, directora regional de Unicef para África occidental y central.