Kiev calificó este lunes de falsos los datos presentados horas antes por el Ministerio de Defensa de Rusia que señalan al ejército ucraniano como el responsable del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines en julio de 2014.
“Es otra mentira y falsedad de Rusia que demuestra que no ha desistido de sus planes de socavar el prestigio de Ucrania y la situación en general. Buscan un pretexto para caldear el ambiente”, declaró el titular de Defensa ucraniano, Stepán Poltorak, en una rueda de prensa conjunta con su colega británico, Gavin Williamson.
El ministro británico, por su parte, insistió en que se ha llevado a cabo una investigación independiente de la tragedia, en la que murieron los 298 ocupantes del avión, indagación que ha demostrado quién es el responsable del derribo.
Mientras, la información presentada hoy por Rusia, en su opinión, “es otro ejemplo de desinformación”.
Con ellos coincidió el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa ucraniano, Alexandr Turchínov, quien también calificó de falsa la información sobre la implicación de su país en el derribo.
“Es otra falsedad malograda del Kremlin que busca tapar su propio crimen”, dijo, y agregó que la implicación de Moscú en el suceso “ha quedado demostrada por una investigación internacional y grupos de expertos independientes”.
Esta mañana, los militares rusos aseguraron haber interceptado comunicaciones telefónicas que prueban la culpa de Ucrania en el derribo del MH17.
Moscú volvió a rechazar las acusaciones de haber entregado a los separatistas prorrusos el sistema de misiles antiaéreos con el que fue derribado el Boeing malasio y aseguró que el cohete responsable de la tragedia pertenecía a una unidad militar ucraniana.
Un total de 298 pasajeros y tripulantes, entre ellos 196 holandeses, viajaban en el vuelo de Malaysia Airlines entre Amsterdam y Kuala Lumpur cuando este fue derribado por un misil tierra-aire disparado desde una zona del este de Ucrania controlada por las milicias prorrusas.
Horas después de la tragedia, ocurrida el 17 de julio de 2014, Holanda y Australia acusaron a Rusia de estar implicada en el derribo, algo que Moscú rechazó en repetidas ocasiones.