El organismo humanitario Human Rights Watch (HRW) urgió este viernes al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a presionar al gobierno de Nicaragua para que ponga fin a la represión en ese país.
En un comunicado, HRW pidió además al Consejo de Seguridad que inste al presidente Daniel Ortega a desmantelar las pandillas progobierno y llevar a los responsables de abusos ante la justicia.
El llamado sucede después de que el gobierno de Nicaragua expulsó a los representantes de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH), que publicó un informe sobre la represión en el país.
La semana próxima, miembros del Consejo de Seguridad esperan discutir la crisis de derechos humanos en Nicaragua.
Miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) han condenado la situación, en medio de una creciente resistencia al escrutinio internacional por parte del gobierno de Ortega.
“La decisión de Ortega de expulsar al más importante organismo de derechos humanos de Naciones Unidas evidencia que intenta ocultar los brutales abusos de su régimen”, sostuvo José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.
Vivanco añadió que “el Consejo de Seguridad debería llevar a cabo una reunión urgente sobre esta crisis, condenar los abusos y presionar al régimen de Ortega para que coopere con los organismos de derechos humanos”.
Las autoridades de Nicaragua han obstruido continuamente el trabajo del OACNUDH y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a lo largo de los últimos dos meses al negarles información oficial e impedir que ingresen a audiencias judiciales y sitios de detención.
Desde el 18 de abril, más de 300 personas han sido asesinadas y más de dos mil han resultado heridas en Nicaragua, la mayoría por represión. La policía y las pandillas pro-gobierno han secuestrado y detenido arbitrariamente a cientos de personas a lo largo del país.