El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el jueves por unanimidad la renovación por un año de la misión de cascos azules en Líbano, insistiendo en la necesidad de aplicar plenamente el embargo a las armas, como pidió Estados Unidos.
Siempre bajo iniciativa de los Estados Unidos, la resolución adoptada empuja “al gobierno libanés a desarrollar un plan para aumentar sus capacidades navales”, con el fin de eliminar eventualmente el componente naval de la Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (FPNUL), informó el organismo.
“Con el respaldo de Irán, Hezbolá desarrolló su arsenal en Líbano, amenazando directamente la paz a lo largo de la línea azul (que demarca el límite entre Líbano e Israel) y la estabilidad en conjunto de Líbano”, afirmó el representante de Estados Unidos, Rodney Hunter.
Tras la prohibición internacional a la venta de armas a Líbano hace doce años, exceptuando al gobierno y a las fuerzas de paz de la FPNUL, “es inaceptable que el Hezbolá continúe burlando esté embargo, la soberanía de Líbano y la voluntad de la mayoría del pueblo libanés”, agregó.
Consultado sobre la contradicción entre reclamar un mayor respeto al embargo de armas y querer eliminar una herramienta naval responsable de vigilar las veinte millas de la costa libanesa, un diplomático incluyó, entre las razones, el deseo de Estados Unidos de reducir los costos de la misión de mantenimiento de la paz, que hoy tiene unos 10 mil soldados.
El componente naval de la FPNUL comprende media docena de buques militares equipados con armas y radares. Sigue sin estar clara la posición de Israel con respecto a esta presencia naval internacional cerca de su territorio.
El texto, redactado por Francia, no menciona a Hezbolá, a pesar de que Estados Unidos lo ha solicitado, según los diplomáticos. La mayoría de los miembros del Consejo, como Líbano, originalmente querían una renovación del mandato virtualmente idéntica a la aprobada hace un año, indicó uno de ellos.
Entre las inflexiones, el Consejo de Seguridad reclama que la FPNUL continúe mejorando su eficacia en su área de despliegue en el sur del Líbano, mientras sobre el embargo de armas insiste en la obligación de que “todos los Estados deben tomar las medidas necesarias para evitar que sus ciudadanos utilicen buques o aviones para vender o proporcionar armas a cualquier entidad o persona en el Líbano que no sean las autorizadas por el Gobierno o la FPNUL“.