El hecho de que las autoridades eclesiásticas no aborden adecuadamente los “repugnantes” delitos clericales de abuso de menores en Irlanda sigue siendo una fuente de vergüenza para la comunidad católica, dijo el sábado el Papa Francisco en la primera visita pontificia a Irlanda desde 1979.
“No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por el abuso de jóvenes por miembros de la Iglesia a los que se adjudica la responsabilidad de su protección y educación“, dijo Francisco en un discurso durante una recepción estatal.
“El fracaso de las autoridades eclesiásticas -obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros- para abordar adecuadamente estos delitos repugnantes ha causado indignación y sigue siendo una fuente de dolor y vergüenza para la comunidad católica”, agregó el Papa.