El presidente estadounidense, Donald Trump, negó el miércoles haber violado normas electorales y acusó a su exabogado Michael Cohen de “inventar historias” al implicarlo en pagos ilícitos antes de los comicios de 2016, lo cual según expertos puede acarrear serios problemas legales al mandatario.
En un explosivo giro en el proceso derivado de una investigación federal sobre la intromisión rusa en las presidenciales de 2016, Cohen se declaró culpable el martes de hacer contribuciones ilegales a la campaña a instancias de su propio jefe “con el propósito de influir en las elecciones”.
Fue un martes negro para el presidente: mientras Cohen hacía esas afirmaciones ante un juez federal en Nueva York, otro de sus lugartenientes, su exjefe de campaña Paul Manafort era hallado culpable de evasión federal y fraude bancario en Alexandria, en las afueras de Washington, en el primer juicio surgido de la pesquisa del fiscal especial Robert Mueller sobre una presunta colusión entre la campaña de Trump y Rusia en la carrera electoral de 2016.
Pese a que aún se desconoce cuánto puede impactar todo esto a Trump, las declaraciones de Cohen –y la perspectiva de más revelaciones en el marco de su acuerdo judicial- ponen en aprietos al mandatario, que el miércoles parecía sin embargo decidido a capear el más reciente temporal de su tumultosa presidencia.
Trump reaccionó primero en Twitter a los señalamientos de Cohen, a quien fustigó por “inventar historias” para lograr un “trato” a su favor, en tanto afirmó que sus infracciones “no son un delito”.
Luego, en entrevista con Fox, señaló que lo que Cohen hizo “ni siquiera es una violación” a las leyes electorales.
El presidente dijo que los pagos se hicieron con su propio dinero, al que Cohen tuvo acceso, y que pese a no estaba al tanto de esas transacciones, después de enterarse había sido completamente transparente al respecto.
“Mi primera pregunta cuando me enteré de eso fue: ‘¿Salieron de la campaña?’, porque eso podría ser un poco arriesgado”, indicó acerca de los pagos, realizados supuestamente para acallar a la estrella porno Stormy Daniels y a la modelo de Playboy Karen McDougal, quienes aseguran haber tenido relaciones extramatrimoniales con Trump.
“No salieron de la campaña, vinieron de (mis fondos) y tuiteé al respecto”, dijo Trump.
El mandatario insistió en que su predecesor, Barack Obama, violó de manera “masiva” normas de financiamiento electoral, pero lo resolvió sin consecuencias.
La campaña de Obama de 2008 pagó una multa de 375.000 dólares en contribuciones hechas 20 días antes de los comicios, que debieron ser reportadas dentro de las 48 horas.
Pero a pesar del tono desafiante de Trump, la experta en finanzas electorales Kate Belinski anticipó consecuencias legales tanto para Trump como para su campaña.
– “Tiempos difíciles” –
El abogado de Cohen, Lanny Davis, no dudó en afirmar que Trump “cometió un crimen”.
“Si no fuera presidente, claramente sería acusado y encarcelado por ese crimen”, dijo en CBS News.
Pero eso es poco probable, ya que desde 2000 el Departamento de Justicia ha establecido que un presidente en ejercicio es “inmune” a una acusación y a un posterior proceso penal.
Y aunque el presidente en teoría podría ser acusado, sigue siendo una posibilidad remota en un Congreso dominado por los republicanos, donde incluso la oposición demócrata ha insistido en que la investigación de Mueller debe terminar.
Sin embargo, la colaboración de Cohen con la fiscalía puede complicar las cosas para Trump, en particular, como anticipó Davis, por lo que puede aportar a Mueller sobre los esfuerzos de manipulación electoral.
“Este puede ser el comienzo de tiempos muy difíciles”, señaló el exconsejero de la Casa Blanca Bob Bauer, citando una colaboración de un testigo similar durante la presidencia de Richard Nixon, quien renunció antes de ser destituido tras un juicio político por el caso Watergate.
La Casa Blanca dijo que a Trump no le preocupaba “en absoluto” que Cohen pudiera implicar al presidente al cooperar con Mueller.
“Sabe que no hizo nada malo y que no hubo colusión”, dijo la portavoz Sarah Sanders.
Cohen y Manafort enfrentan penas de prisión por procesos surgidos de la investigación de Mueller sobre la posible connivencia entre el equipo de campaña de Trump y Moscú.
Pero ninguno de los casos implica colusión con Rusia, algo que Trump destacó, insistiendo en que todo es una “caza de brujas”.
A diferencia de Cohen, Manafort se sometió a juicio en lugar de acordar con la fiscalía, una estrategia arriesgada que para muchos sugiere que espera ser indultado por Trump, algo que el mandatario no descartó.
“Me siento muy mal por Paul Manafort y su maravillosa familia. La ‘Justicia’ tomó un caso tributario de 12 años, entre otras cosas, aplicó una presión tremenda sobre él y, a diferencia de Michael Cohen, se negó a ‘ceder’: inventar historias para obtener un ‘trato’. ¡Mucho respeto por un hombre valiente!”, tuiteó Trump.
Estos elogios contrastaron con los comentarios sobre Cohen, quien alguna vez dijo que “recibiría un balazo” por el presidente.
“Si alguien está buscando un buen abogado, le sugiero encarecidamente que no contrate los servicios de Michael Cohen“, tuiteó Trump.
Pero el abogado de Cohen dijo el miércoles que su cliente estaba ahora decidido a“poner a su familia y a su país primero y decir la verdad sobre Donald Trump“.