Con el respaldo en Brasilia de diez mil seguidores, el Partido de los Trabajadores (PT) inscribió este miércoles a Luiz Inacio Lula da Silva como sus candidato a las elecciones de octubre, quien está en prisión, por lo que persisten las dudas sobre si podrá participar efectivamente en los comicios.
Diez mil miembros del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra, activistas de izquierda y miembros del PT marcharon este miércoles en Brasilia, para mostrar la fuerza popular del candidato favorito en las encuestas, pero cuyos problemas judiciales podrían dejarle fuera de los comicios.
La senadora y presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, quien en los últimos meses visitó decenas de veces a Lula da Silva en prisión para poner en marcha la estrategia electoral del partido, realizó el registro oficial de la candidatura en el último día de plazo.
A las puertas del Tribunal Superior Electoral (TSE), miles de seguidores de Lula, vestidos de rojo, gritaron consignas a favor del exmandatario, que cumple una condena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero.
Sin posibilidad de salir hasta ahora de prisión, donde está desde el 7 de abril, Lula da Silva envió una carta que fue leída ante los manifestantes por el candidato a vicepresidente, Fernando Haddad, exalcalde de Sao Paulo y posible candidato del PT a la jefatura del Estado si el exsindicalista es inhabilitado.
En ella, Lula da Silva, reiteró que es “víctima de una caza judicial que ya quedó registrada en la historia”, y prometió que “puede hacer mucho para sacar a Brasil de una de las peores crisis”.
“No quiero favor, quiero justicia. No cambio mi dignidad por mi libertad”, dijo el exsindicalista, que ya gobernó la mayor economía de América Latina de 2003 a 2010.
Empieza ahora un proceso jurídico que, en las próximas semanas, debe esclarecer el mayor interrogante que planea en las cruciales elecciones: ¿puede o no Lula da Silva. líder en las encuestas pero condenado y encarcelado, ser candidato?
Algunos miembros del TSE, que tiene la última palabra en cuestiones electorales, ya señaló que la ley en Brasil establece que un condenado en segunda instancia está inhabilitado por ocho años, pero los abogados de Lula da Silva creen que existen posibilidades.
A juicio de la defensa de Lula, hubo irregularidades en el proceso judicial que le condenó a 12 años y un mes de cárcel, pero también evocan el antecedente de los comicios de 2016, cuando más de 140 alcaldes brasileños pudieron hacer campaña aunque tuvieran los registros invalidados.
Es probable que, tras la publicación de la lista oficial de candidatos por la Justicia electoral en las próximas 24 horas, partidos políticos y la propia Fiscalía brasileña presenten de inmediato acciones legales pidiendo la impugnación de la candidatura de Lula da Silva.
La Justicia electoral tiene hasta el 17 de septiembre para decidir si acepta o no a Lula da Silva como candidato, pero otro punto crucial es conocer si el exmandatario tendrá derecho a participar en debates televisivos o siquiera a aparecer en la propaganda oficial del PT.
Los sondeos le siguen atribuyendo una ventaja amplia: una encuesta del Instituto Paraná publicada este miércoles muestra que el exsindicalista lidera la intención de voto con 31 por ciento, por 22 del exmilitar y diputado de extrema derecha Jair Bolsonaro.