El presidente Donald Trump no emitió una “orden” sobre el fin de la investigación de la alegada injerencia rusa en las elecciones de 2016, sino que apenas mostró su “opinión“, justificó este miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
En un mensaje en Twitter, Trump había apuntado que el fiscal general, Jeff Sessions, “debería interrumpir esta cacería de brujas ahora mismo”, pero de acuerdo con la Casa Blanca apenas se permitió expresar una “opinión”.
“No es una orden. Es la opinión del presidente”, justificó Sanders en conferencia de prensa, para añadir que Trump efectivamente espera ver que esa investigación “llegue al fin”.
..This is a terrible situation and Attorney General Jeff Sessions should stop this Rigged Witch Hunt right now, before it continues to stain our country any further. Bob Mueller is totally conflicted, and his 17 Angry Democrats that are doing his dirty work are a disgrace to USA!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 1 de agosto de 2018
En la visión de Sanders, el mensaje publicado por Trump en Twitter no debe ser visto como una tentativa de interferir en un proceso judicial.
“El presidente no está obstruyendo (a la justicia). Está reaccionando. El presidente ha expresado su opinión, y la ha expresado claramente y expresa su frustración con la corrupción imperante”, alegó la portavoz.
Instantes previos a la conferencia de prensa en la sede de la Casa Blanca, uno de los abogados de Trump, Jay Sekulow, dijo al diario Washington Post que “el presidente no ha emitido una orden o una directiva al Departamento de Justicia sobre esto”.
El mensaje del presidente constituye hasta ahora el ataque más brutal contra la investigación que busca determinar la magnitud de la injerencia rusa en las elecciones de 2016 y si hubo colusión con el comité de campaña de Trump.
El propio fiscal general y secretario de justicia se había recusado a conducir o participar de esa investigación, gesto que motivó la nominación del fiscal especial, Robert Mueller.
Desde el inicio de la investigación, Trump la ha calificado como una “cacería de brujas”.