El entrenador de futbol que acompaña a los doce niños que siguen atrapados en una cueva de Tailandia envió, a través de los buzos, una carta de disculpas a los padres de los chicos.
“Gracias por todo el apoyo moral, pido perdón a todos los padres”, dijo el joven entrenador de 25 años, Ekkapol Chantawong, en esta carta publicada el sábado por los socorristas.
Tras la publicación de dos videos, el primero grabado cuando unos buzos británicos descubrieron al grupo el lunes por la noche y el segundo, el martes, no se ha vuelto a publicar ningún video.
Las autoridades trataron de establecer un canal de comunicación telefónica extendiendo dos kilómetros de cable en la cueva, pero no funcionó.
El sábado, los socorristas publicaron cartas escritas por los niños a sus familias, las primeras pruebas de vida que se han hecho públicas desde el martes.
“No se preocupen, papá y mamá. Hace dos semanas que me fui pero volveré para ayudaros en la tienda”, escribió Bew, cuyos padres regentan un negocio de ultramarinos.
Un exbuzo de la Marina tailandesa murió el viernes durante una operación de abastecimiento en la cueva.
La muerte del rescatista avivó las dudas sobre si una evacuación sin riesgos de los niños, que llevan 14 días atrapados en la cueva de Tham Luang, es factible.
El viernes por la noche, el jefe de la célula de crisis, Narongsak Osottanakorn, también gobernador de la provincia de Chiang Rai, juzgó que una evacuación por buceo no era “oportuna”.
Una buena parte de los niños, de entre 11 y 16 años, no saben nadar y ninguno ha practicado submarinismo, lo que complica aún más las operaciones.
De momento, un buzo experimentado necesita once horas para un trayecto de ida y vuelta hasta los niños, seis de ida y cinco de vuelta, gracias a la corriente.
El recorrido es de varios kilómetros y tiene algunos tramos angostos y otros que se tienen que realizar bajo el agua.