El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, Luiz Fux, aseguró este martes que un candidato condenado en segunda instancia está inhabilitado, en una referencia velada a la situación de Luiz Inacio Lula da Silva, encarcelado por corrupción pero líder en los sondeos electoral.
“A nuestro modo de ver un candidato condenado en segunda instancia ya es inelegible. Es un candidato cuya situación jurídica ya está definida. No puede participar (en los comicios) un candidato que no puede ser elegido”, afirmó Fux, quien también es magistrado de la Corte Suprema.
Aunque Fux, que ya había señalado esta posición en el pasado, dijo que no “quisiera personalizar” esta cuestión, su comentario está vinculado a la situación de Lula da Silva, encarcelado desde el 7 de abril por corrupción y lavado de dinero, pero líder en los sondeos con cerca del 30 por ciento de la intención de voto en las elecciones de octubre.
La Ley de Ficha Limpia –firmada por el propio Lula da Silva en su segundo mandato presidencial- establece que, con el fin de combatir la corrupción, los condenados por tribunales colegiados de segunda instancia quedan inhabilitados por un período de ocho años.
Sin embargo, el plazo de cierre para las candidaturas para los comicios brasileños de octubre es a mediados de agosto, y no está claro si Lula da Silva podrá o no registrarse como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) para intentar un tercer mandato presidencial.
Los abogados del expresidente, que denuncia una persecución judicial con tintes políticos, aseguran que pueden suspender la “inelegibilidad” de Lula da Silva judicialmente porque hubo, según ellos, irregularidades en el proceso de apelación en el que fue condenado a 12 años y un mes de prisión.
Sin embargo, analistas y fuentes del propio TSE indican que Lula da Silva podría incluso tener prohibido exhibir imágenes propias en la propaganda electoral televisiva del PT si es inhabilitado.
A poco más de dos meses de la primera ronda de los comicios (7 de octubre), el exsindicalista sigue liderando en solitario las encuestas, con cerca de un tercio del apoyo del electorado, lo que generó gran incertidumbre sobre cuál será el desenlace de las primeras elecciones generales de Brasil tras el juicio político a Dilma Rousseff.