Francia va a acoger a “alrededor de 80” refugiados del “Aquarius“, el buque de migrantes recibido en España, y a 52 del “Lifeline“, que atracó en Malta, dijo este martes el director de la Oficina francesa de protección de refugiados y apátridas (Ofpra).
Francia, que fue criticada por no haberse propuesto para acoger a ambos navíos de rescate de migrantes, afirmando que el derecho marítimo dicta que las embarcaciones deben dirigirse al puerto seguro más cercano, había anunciado que acogería a una parte de los pasajeros.
En el caso del “Aquarius”, que atracó el 17 de junio en Valencia con 630 migrantes a bordo después de que Italia les cerrara sus puertos, “hemos entrevistado a 135 personas” y “alrededor de 80 van a poder beneficiar de la protección de Francia”, indicó Brice.
Poco después de su llegada a España, el gobierno de ese país había dicho que “casi la mitad de los migrantes” había expresado “su deseo de pedir asilo a Francia”. La lista, consultada, contaba 286 personas en total.
La diferencia de cifras se explica sin duda porque “algunos prefirieron permanecer bajo la responsabilidad de las autoridades españolas”, señaló Brice. Además, Francia no acoge a menores en este tipo de operativos, ya que no le compete al Estado sino a los departamentos franceses.
En cuanto al “Lifeline”, que acostó en Malta el 27 de junio con 230 migrantes a bordo, “52 personas recibirán la protección” de Francia, dijo la Ofpra tras haber realizado entrevistas que duraron hasta la semana pasada.
Allí, tienen lugar misiones del mismo tipo de Portugal, Bélgica, Holanda e Irlanda, indicó Brice, quien aplaudió la “dimensión europea” de este proceso que, según él, podría transformarse en una “referencia” en cuanto a los pasos a seguir en este tipo de situaciones.
“Frente a la tentación de externalizar estamos demostrando que podemos examinar los casos en buenas condiciones”, agregó.
Durante una cumbre europea celebrada la semana pasada en Bruselas, los mandatarios de la UE encontraron un acuerdo para blindarse ante la inmigración, que incluye la creación de “centros controlados” en suelo europeo para migrantes socorridos en aguas europeas, que serán creados en países “voluntarios”.
Allí, las autoridades seleccionarán a los migrantes entre los que tienen derecho a la protección y aquellos que deben ser devueltos a sus países.
El pacto alcanzado para proteger las fronteras del bloque y desmotivar a los migrantes que se lanzan en peligrosas travesías incluye también la creación de plataformas de desembarco fuera de la UE, donde se procederá a la misma selección.