El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, afirmó este viernes que asumirá la plena responsabilidad política por el incendio que causó la muerte de 87 personas esta semana en una ciudad costera en el este de Atenas, donde aún continúa la búsqueda de víctimas.
“Los muertos no pueden hablar, pero lo menos que podemos hacer en su memoria es mostrar respeto por la verdad. Quiero asumir toda la responsabilidad política por la tragedia”, dijo Tsipras al comienzo de una reunión del gabinete de emergencia, celebrada este viernes en la Mansión Máximos.
De esa manera respondió el primer ministro griego luego de que el portavoz gubernamental, Dimitris Tzanakopoulos; el ministro de Protección Civil, Nikos Toskas; así como los jefes del servicio de bomberos y de la policía, atribuyeron el incendio a pirómanos y a las condiciones climáticas extremas.
En una conferencia de prensa ofrecida la noche del jueves, Toskas aseguró que se tenían fuertes indicios de que el incendio fue provocado y que los fuertes vientos en la región atizaron las llamas, propagándose rápidamente.
Asimismo, el ministro negó que se hubieran producido “errores operativos”, tras señalar que el problema fue que “no hubo tiempo de evacuar a las personas”.
Las declaraciones del ministro fueron interpretadas como un intento de eludir cualquier responsabilidad en la tragedia, así que Toskas pidió a los críticos que no atacaran a los bomberos, oficiales de policía y guardias costeros que participaron en los trabajos para combatir el fuego, pues “salvaron cientos de vidas”.
Tsipras declaró este viernes que es importante decir la verdad y que las responsabilidades son “evidentes para el primer ministro del país, y le pido a usted (Toskas) que también lo asuma”, de acuerdo con reportes del periódico griego Ekathimerini.
Según versiones de prensa, Toskas habría ofrecido su renuncia al primer ministro, pero éste no la aceptó.
Cerca de 300 bomberos y voluntarios todavía están peinando el área de Mati en un esfuerzo por encontrar a docenas de personas que aún se encuentran desaparecidas, mientras que unas 60 personas permanecen hospitalizadas por quemaduras, 11 de ellas en estado grave.
El incendio estalló el pasado lunes y afectó a varios poblados costeros populares entre los turistas, luego que el fuego se propagó con rapidez debido a que en la región había vientos de hasta 120 kilómetros por hora. Muchos sobrevivientes se lanzaron al mar para evitar las llamas, pero 87 personas murieron calcinadas.