El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, renunció el martes sorpresivamente a su curul en el Senado para asumir su defensa en una investigación en su contra de la Corte Suprema de Justicia por soborno y fraude procesal.
“La Honorable Corte Suprema me ha llamado a indagatoria, me siento moralmente impedido para actuar como senador y al mismo tiempo adelantar mi defensa”, escribió el exmandatario en su cuenta de Twitter. “Por lo anterior renuncio al Senado de la República y pido se me acepte la renuncia”.
Con la renuncia de Uribe, máximo dirigente del Partido Centro Democrático que apoyó la candidatura del presidente electo Iván Duque, la organización política pierde a su principal líder en el Congreso en donde el nuevo mandatario buscará impulsar decisivas reformas económicas, sociales y al acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC.
Duque, un abogado experto en economía de 41 años, respaldado por su partido, busca que los exguerrilleros desmovilizados de las FARC, acusados de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad respondan primero ante la justicia antes de ocupar cargos políticos.
Aunque más de 13 mil integrantes de las FARC, incluidos unos 7 mil combatientes, entregaron sus armas tras el acuerdo de paz firmado en 2016 y se ha evidenciado una notable reducción de la violencia y de los ataques en el país, un amplio sector de la conservadora sociedad colombiana se opone a ver a los excomandantes rebeldes en el Congreso.
La Corte Suprema de Justicia informó que los hechos por los que investiga a Uribe y al congresista Álvaro Hernán Prada son posteriores al 16 de febrero de este año, cuando ordenó investigar al expresidente por falsa denuncia y presunta manipulación de testigos.
En esa ocasión el tribunal cerró una investigación contra Iván Cepeda, senador del izquierdista Polo Democrático, a quien Uribehabía denunciado por dirigir una supuesta manipulación de testigos para acusarlo por vínculos con escuadrones paramilitares de ultraderecha, y ordenó investigar por los mismos hechos al exmandatario.
“Como reacción a esa providencia judicial y al parecer con su consentimiento, personas allegadas al expresidente Uribe habrían emprendido nuevos actos de manipulación de testigos“, dijo un comunicado de la corte.
La corte dijo en febrero que los testimonios de antiguos paramilitares que recogió Cepeda en algunas cárceles acusando a Uribe de favorecer o de tener nexos con esos escuadrones no fueron producto de manipulación ni de pagos.
Uribe y algunos de sus familiares han sido acusados por sus opositores políticos de supuestos vínculos con paramilitares, pero hasta ahora no ha prosperado ninguna investigación por esos cargos contra el exmandatario.
Los escuadrones paramilitares de ultraderecha fueron grupos armados ilegales que surgieron en la década de 1980 financiados por ganaderos, terratenientes y comerciantes para protegerse de los ataques de la guerrilla izquierdista.