El barrio indígena de Monimbó, en Masaya, es escenario hoy de un nuevo ataque por parte de policías y paramilitares, que ha sido descrito como una “operación limpieza” por los pobladores, quienes ante el exhorto de la Iglesia católica permanecen dentro de sus casas.
La agresión comenzó al amanecer de este martes, día en que irónicamente el país celebra el Día de la Alegría, después que los residentes pasaron la noche en vigilia debido al asedio que Monimbó ha sufrido en los últimos días, y de que 13 países latinoamericanos exigieron el cese inmediato de la violencia.
De acuerdo con testimonios de pobladores, “escuadrones de la muerte”, que visten playeras color azul, ingresaron a la ciudad de Masaya desde diferentes puntos y se dirigieron principalmente hacia Monimbó, al tiempo que las campanas de las iglesias sonaban alertando a la población.
Los accesos a Masaya, unos 30 kilómetros al este de la capital fueron bloqueados con patrullas de la policía, sin que nadie pueda entrar o salir de la ciudad, mientras que los paramilitares recorren las calles a bordo de camionetas, conduciendo ataques contra los tranques con la intención de desmontarlos.
En varios puntos de la ciudad se escuchan ráfagas, en especial donde se ubican barricadas, en las cuales jóvenes se encuentran atrincherados, pero están resistiendo el desmedido ataque e intentan defenderse con piedras, bombas artesanales o con lo que tienen a la mano.
Se reporta que los paramilitares lograron desmontar con palas mecánicas el tranque en el sector del barrio Camilo Ortega, y aún luchan por eliminar las barricadas de Mebasa, cercana a la rotonda La Flores, y de la calle principal de Monimbó.
En tanto, que otros paramilitares están irrumpiendo en casas y han llevado a cabo varias detenciones arbitrarias, principalmente en las viviendas que se encuentran cerca del museo en Camilo Ortega, aledaño al barrio de Monimbó.
En medio de todo este masivo ataque, que fue denunciado por el obispo auxiliar de la Diócesis de Managua, monseñor Silvio Báez, los pobladores permanecen en sus casas, después de que el cardenal Leopoldo Brenes recomendó a las familias de Masaya refugiarse en sus viviendas.
“Ante el acoso armado que en este momento está sufriendo Masaya, exhorto a la población de esta amada ciudad resguardarse en sus hogares o lugares seguros para evitar una muerte más. De igual manera, a todos nuestros fieles y de otras iglesias hermanas a mantenernos en oración permanente”, escribió en Twitter.
Álvaro Leiva, de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), informó que hasta ahora tiene registrada la muerte de un oficial de policía a causa de un disparo en la cabeza durante el ataque en Masaya, pero no ofreció mayores detalles sobre cómo ocurrió el deceso.
Afirmó que la Comisión de Verificación y Seguridad, establecida por acuerdo entre la sociedad civil y el gobierno en el Diálogo Nacional que busca una solución pacífica a la crisis sociopolítica en Nicaragua, está solicitando el ingreso a la zona y espera una respuesta.
“Solicita la apertura de un corredor humanitario para los heridos y las ambulancias”, señaló Leiva, mientras que por separado el embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, también condenó los ataques en la ciudad de Masaya.
Por su parte el subsecretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento estadunidense de Estado, Francisco Palmieri, llamó al cese de la violencia. “El mundo está observando”, escribió en Twitter.
Masaya fue blanco de una operación similar ejecutada por policías y paramilitares el pasado domingo, que se saldó con al menos 10 muertos, según la ANPDH.
Organizaciones de los derechos humanos nacionales e internacionales denunciaron los acontecimientos de este martes en Masaya, en los que se estima participan mil 500 hombres armados, entre policías y paramilitares, y llamaron al gobierno del presidente Daniel Ortega para que detenga esta embestida.
Un total de 13 países latinoamericanos emitieron una declaración especial en Bruselas, Bélgica, en la que exigen el cese inmediato de los actos de violencia, intimidación y amenazas contra la sociedad nicaragüense, y el desmantelamiento de los grupos paramilitares.
En una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con la Unión Europea (UE), celebrada la víspera, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay expresaron su preocupación.