Tras un sangriento fin de semana que dejó 12 muertos en Nicaragua, la comunidad internacional se alista para discutir la represión de las protestas que desde hace tres meses exigen que el presidente izquierdista Daniel Ortega deje el poder.
El domingo, policías y paramilitares arremetieron contra Masaya y comunidades vecinas para remover los bloqueos de carreteras de los manifestantes antigubernamentales. La operación dejó 10 muertos, entre ellos cuatro paramilitares, y 20 heridos, según Álvaro Leiva, secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
La policía inicialmente no confirmó esas muertes.
Un día antes, 200 estudiantes lograron salir de un asedio de 20 horas de fuerzas gubernamentales en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, de Managua, y un templo vecino, en una acción que dejó dos estudiantes muertos.
Más de cien estudiantes opositores a #Ortega lograron salir de la iglesia donde estaban refugiados luego de los enfrentamientos a fuego abierto con grupos paramilitares adeptos al gobierno. 351 personas han muerto desde el inicio de las protestas. #Nicaragua (poc) pic.twitter.com/Qn8uBnaPAE
— DW (Español) (@dw_espanol) 15 de julio de 2018
Desde que comenzaron las protestas en abril, unas 280 personas murieron. Los reclamos inicialmente eran contra una reforma del sistema de previsión social, que el gobierno dejó sin efecto, pero derivaron en una demanda para la salida del poder de Ortega, quien gobierna desde 2007 por tercer período consecutivo.
El gobierno dice que las protestas opositoras tienen un fin golpista, al buscar alterar el orden constitucional.
Las fuerzas del gobierno realizaron los operativos del domingo contra los tranques (bloqueos) en Masaya, 30 km al sur de Managua, y varios municipios vecinos.
“Nos están atacando la policía y parapolicías encapuchados y armados con AK y ametralladoras a nuestro barrio indígena de Monimbó”, denunció Álvaro Gómez, un poblador del lugar.
Asimismo paramilitares en la misma zona dispararon contra un vehículo en el que iba el obispo Abelardo Mata, uno de los cinco jerarcas católicos que median en el diálogo entre el gobierno y la oposición.
El religioso, un fuerte crítico del gobierno de Ortega, resultó ileso, informó la Iglesia.