El gobierno español cerró este miércoles el paso a una reelección del independentista Carles Puigdemont como presidente regional de Cataluña, obligando a los independentistas a escoger entre renunciar a la candidatura de su líder o celebrar nuevas elecciones.
En una reunión extraordinaria, el ejecutivo del conservador Mariano Rajoy decidió recurrir al Tribunal Constitucional una reforma legal del Parlamento catalán para permitir una presidencia a distancia de Puigdemont, actualmente en Alemania y pendiente de un proceso de extradición a España.
“Ningún candidato a la presidencia de la Generalitat de Cataluña puede ser investido si no está presente en el Parlamento”, afirmó en una rueda de prensa el portavoz gubernamental Íñigo Méndez de Vigo, subrayando que Puigdemont es “un prófugo de la justicia”.
Cuando el Constitucional, que ya impidió en enero una investidura a distancia del líder independentista, acepte a trámite el recurso, la reforma quedará suspendida cautelarmente, dejando sin opciones a Puigdemont de ser presidente.
Su grupo parlamentario, Juntos por Cataluña, había anunciado el sábado que intentarían investir a Puigdemont el 14 de mayo para cumplir con su promesa electoral de devolverle a la presidencia de la que fue cesado a finales de octubre por el gobierno central tras la fallida declaración de independencia.
Pero ya dejaron entrever que si no era posible, presentarían un candidato alternativo para formar un gobierno en la región que lleva seis meses controlada directamente por Madrid.
Antes de la reunión, Rajoy había afirmado en el Congreso que su objetivo es “que se forme gobierno en Cataluña y acabemos con una situación de provisionalidad que no conduce absolutamente a nada”.
“Ya está bien de marear la perdiz”, insistió durante un tenso debate en el Congreso.
Durante su transcurso, Rajoy fue acusado de blando por el líder del partido de centroderecha Ciudadanos, Albert Rivera, que anunció que su formación, en claro ascenso electoral por su feroz oposición a los independentistas, le retiraba el apoyo en la gestión de la crisis catalana.