El papa Francisco ha instado a atajar la esclavitud moderna con un esfuerzo “común y global” y una mayor información sobre este “crimen contra la humanidad”, en un mensaje a un foro en Argentina difundido este lunes por la Santa Sede.
El pontífice alerta de que “la esclavitud no es algo de otros tiempos” sino una práctica actual con “raíces hondas”, en el vídeo enviado al II Foro internacional titulado “Viejos problemas del nuevo mundo”, que se celebra desde el 5 al 8 de mayo en Buenos Aires.
Señaló que cada uno de estos fenómenos es “más grave y deshumano” y destacó que, según algunas estadísticas recientes, “habría más de 40 millones de personas, hombres, pero sobre todo mujeres y niños que sufren la esclavitud”.
Ante “esta trágica realidad”, Francisco dijo que “nadie puede lavarse las manos si no quiere ser, en cualquier modo, cómplice de este crimen contra la humanidad” y dio dos recomendaciones.
En primer lugar pidió impulsar “una estrategia que permita un conocimiento mayor del tema, rompiendo ese velo de indiferencia que parece cubrir la suerte de esa porción de la humanidad que sufre”.
Criticó que “muchos no desean comprender” pues “algunos, al estar involucrados directamente en organizaciones criminales, no quieren que se hable de esto, simplemente porque sacan elevados beneficios gracias a las nuevas formas de esclavitud”.
Otros, aún conociendo el problema, “no quieren hablar porque se encuentra allí donde termina la ‘cadena de consumo’, como consumidor de los ‘servicios’ que ofrecen hombres, mujeres y niños convertidos en esclavos”, opinó Francisco.
“No nos está permitido mirar hacia otra parte y declarar nuestra ignorancia o nuestra inocencia”, instó.
En segundo lugar animó a “actuar en favor” de los esclavos, “defender sus derechos, impedir que los corruptos y los criminales escapen de la justicia y tengan la última palabra sobre las personas explotadas”.
En su opinión “no es suficiente” que algunos Estados y organismos internacionales “adopten una política particularmente dura al querer castigar la explotación de los seres humanos, si después no se afrontan las causas, las raíces más profundas del problema”.
En este sentido animó a atajar factores como la pobreza extrema pues, apuntó, “la criminalidad organizada y el tráfico ilegal de seres humanos eligen sus víctimas entre las personas que hoy tienen escasos medios de subsistencia”.
“Mientras individuos y grupos especulan vergonzosamente sobre la esclavitud, nosotros cristianos, todos juntos, estamos llamados a desarrollar cada vez más una mayor colaboración, para que se supere todo tipo de desigualdad (…), que son precisamente las que hacen posible que un hombre pueda hacer esclavo a otro hombre”, zanjó.