Los médicos venezolanos anunciaron que se abstendrán de parar sus actividades, pero advirtieron que continuarán dando informes sobre la faceta de salud de la emergencia humanitaria que vive el país sudamericano.
Las 41 asociaciones de la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas se encuentran en asamblea permanente y señalaron que al menos suman tres los años en que se han vistas expuestas a persecución y limitación en sus funciones.
Los médicos de la Red han denunciado los problemas del sector, lo que les ha acarreado suspensiones y hasta detenciones en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Además varios de sus miembros han sido jubilados de manera anticipada por participar en marchas y varios especialistas se han exiliado, señalaron en declaraciones al diario El Nacional.
Un ejemplo es el médico ahora exiliado Ángel Sarmiento, quien pidió información sobre el incremento del chikungunya y una fiebre hemorrágica en el centro de salud donde laboraba y el cual había causado muertes.
Además, Jorge Marulanda está detenido desde el 20 de mayo e imputado en tribunales militares por traición a la patria e instigación a la rebelión. El Foro Penal denunció que además fue torturado.
“El hecho de que no nos den insumos elimina la condición de trabajo. Los pacientes no son atendidos con la calidad adecuada y los médicos asumimos ahí responsabilidad y somos copartícipes, por eso se debe decir el porqué se están muriendo estos enfermos”, dice Jesús Pereira.
El presidente de la Red descartó una huelga o paros a fin de evitar daños a los venezolanos, pero sí darán reportes sobre la crisis y comunicados públicos en torno a lo que se vive en hospitales y clínicas.
Explicó que los médicos tienen tres funciones: darle la bienvenida al ser humano al mundo en las mejores condiciones; segundo, mantenerlo con vida ante una emergencia y procurarle una buena calidad de vida.
Y la tercera “ofrecerle un bien morir a los pacientes. Ninguna de las tres cosas las estamos haciendo en Venezuela”, precisó.
El Nacional recordó que este viernes 1 de junio se cumple un año de que fueron paralizados los trasplantes por orden del Ministerio para la Salud.
También de que la directiva de la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células fue destituida por hacer públicas las carencias para garantizar el éxito de los injertos.
Esta Fundación había informado en 2016 que había mil 500 personas esperando por un riñón y otras 15 mil estaban en diálisis.
Por su parte, seis mil pacientes aguardaban por una córnea que les devolviera la vista, 60 necesitaban un hígado y 200 requerían un trasplante de médula.