La cifra de muertos en las últimas dos semanas en la operación antidroga en Bangladesh superó este martes el centenar, con al menos 10 fallecidos en las últimas 24 horas, y los arrestados llegaron a 9 mil, mientras activistas continúan criticando una campaña que comparan con la de Filipinas.
Las últimas muertes, que elevan el total a 103, se produjeron en siete distritos y en su mayoría después de que las fuerzas de seguridad respondieran a los disparos de los narcotraficantes, aunque también hubo decesos por enfrentamientos entre ellos, informaron varias fuentes policiales.
“Hicimos una redada y el traficante comenzó a dispararnos. Respondimos a los disparos”, explicó el ayudante del comisario de Policía de Dacca, Mizanur Rahman, sobre uno de los casos ocurridos hoy, al detallar que el herido falleció tras ser ingresado en un hospital capitalino.
Las muertes durante la operación comenzaron a producirse sin embargo hace dos semanas, según las fuerzas de seguridad, que han evitado dar una cifra global de fallecidos.
La portavoz de la Policía de Bangladesh, Soheli Ferdous, reveló que hasta el momento hay 9 mil 20 arrestados en relación a la operación y que han confiscado, entre otros, 1.7 millones de pastillas de yaba y 16 mil botellas de Phensedyl.
La Yaba o “medicina loca” en tai, que se distribuye en tabletas de pastillas provenientes sobre todo de la vecina Birmania (Myanmar), es un potente estimulante, y el jarabe para la tos Phensedyl, procedente de la India, suele sustituir al alcohol.
El ministro de Interior de Bangladesh, Asaduzzaman Khan, aseveró el domingo que la operación antidroga del Gobierno continuará hasta que se tenga control de la situación.
Activistas de derechos humanos en Bangladesh han denunciado la campaña antidroga como ilegal y han criticado los paralelismos con la operación del presidente filipino, Rodrigo Duterte.
El director de la organización de derechos humanos Odhikar, Nasiruddin Elan, dijo hoy a Efe que “ningún problema se puede resolver con asesinatos extrajudiciales” de pequeños traficantes que pronto serán sustituidos por otros y pidió “reformar el sistema judicial” bangladesí para resolver la crisis.