Francia vive este día un “martes negro” por el inicio de una huelga de los trabajadores de la empresa pública francesa de ferrocarriles, la SNCF, que provocó el caos en el sector del transporte del país.
Los efectos de la huelga, que oficialmente comenzó en la noche del lunes, se perciben con fuerza desde esta mañana en que solo circula el 12 por ciento de los trenes de alta velocidad y el 28 por ciento de los trenes regionales parisinos.
De acuerdo a un balance de la dirección de la SNCF (Compañía Nacional de Ferrocarriles) casi la mitad de los trabajadores de la compañía, el 48 por ciento, y el 77 por ciento de los maquinistas, los conductores de los trenes, se declararon en huelga.
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Los paros afectan a al menos 4.5 millones de franceses que usan habitualmente los trenes para viajar o desplazarse a sus trabajos diariamente.
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Esta mañana miles de personas se agolparon en las principales estaciones parisinas a la espera de poder tomar alguno de los escasos trenes que circulan provocando escenas de caos y caídas a las vías del ferrocarril, sobre las que está prohibido circular.
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La huelga multiplicó además los atascos de vehículos en las entradas de la capital francesa y se saturaron los autobuses.
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La jornada de huelga continuará mañana miércoles y hasta finales del mes de junio a razón de dos días de huelga cada cinco precisaron fuentes sindicales.
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En total han sido convocadas 36 jornadas de huelga en los próximos tres meses en el paro más importante del sector en las últimas décadas y el más fuerte que tiene que afrontar el gobierno del presidente Emmanuel Macron desde su elección en mayo del año pasado.
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Cuatro sindicatos mayoritarios convocaron la huelga para protestar contra la reforma de la empresa pública impulsada por el gobierno que pretende terminar con privilegios de los trabajadores de la empresa como la jubilación a los 55 años y con la deuda de miles de millones contraída por la empresa pública.
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De acuerdo a estimaciones, la empresa pública de trenes francesa acumula 45 mil millones de euros de deuda, 55 mil millones de dólares.
El gobierno francés ha aseverado que no privatizará la compañía pero prevé acometer una reforma profunda de su funcionamiento.
Esta mañana la ministra francesa de Transportes, Elisabeth Borne, afirmó que la huelga es “injustificada”.
“El tráfico está muy perturbado esta mañana. Pienso ante todo en los usuarios que hoy en día sufren este infierno. No comprenden las razones de esta huelga (…) el gobierno resistirá” aseveró en una radiodifusora privada local la ministra.
La huelga de trenes se ha sumado hoy a la de trabajadores de la aerolínea francesa Air France que anuló una cuarta parte de sus vuelos por un paro convocado por sus trabajadores para exigir una subida salarial.