Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba prefirió que su abogado, quien estaba a su lado, expresara la decisión que tomó: se declaró no culpable de todos los cargos que le imputa el Gobierno de Estados Unidos.
Quince minutos antes del mediodía, el convoy que llevaba al ex gobernador priista tamaulipeco arribó por la calle Harrison a la Corte Federal de Brownsville, Texas.
El matamorense iba a bordo de una Suburban blindada, con vidrios polarizados. Era llevado por agentes Marshals, lugar donde su hermano Víctor Álvarez, ministro religioso, y más familiares ya esperaban afuera de la sala de audiencias.
Las audiencias de detención y de acusación estaban previstas para iniciar a las 13:30 horas. Apenas duraron 8 minutos, pues para las 13:42 se declaró la finalización.
Yarrington apareció nuevamente encadenado, además de esposado de pies y manos.
Llevaba la misma ropa que el viernes 20 y que el lunes 23: tenis Adidas, pantalón de mezclilla y camisa a cuadros, además de gafas.
A su lado estaba Carlos Noel Monarrez, el abogado particular que le paga Estados Unidos, porque el ex gobernador insiste en que no tiene dinero para costearse uno.
La cadena que le hacen cargar, y que sujeta a las cuatro esposas que lleva, le hizo imposible levantar la mano para jurar bajo palabra que se conduciría con la verdad en la audiencia.
No obstante ello, Yarrington expresó: “Sí, lo juro”, en respuesta al Magistrado Ronald Morgan.
Durante toda la audiencia estuvo de pie, de espaldas al público pero de frente al Magistrado.
Ahora Yarrington se limitó a mencionar que cursó una Maestría en Administración Pública, pero no dijo -como sí lo hizo el lunes- que la estudió en la Universidad del Sur de California.