A dos meses de cumplir 87 años, Raúl Castro se alista para entregar este jueves la presidencia de Cuba a una nueva generación, en una transición que pone fin a casi seis décadas de poder de los hermanos que lideraron la revolución en la isla.
“Hemos recorrido un largo camino, largo, largo, y difícil (…) para que nuestros niños, los de ahora y los del futuro, sean felices”, dijo en marzo el menor de los Castro, que remplazó en 2006 a su hermano enfermo Fidel, fallecido 10 años después.
Fidel y Raúl encarnaron la revolución y gobernaron Cuba por 60 años, convirtiendo al país en uno de los protagonistas de la Guerra Fría, y lograron mantener a flote su comunismo caribeño, pese al colapso de su aliado soviético, que provocó una severa crisis económica en los años 1990.
La Asamblea Nacional elegirá durante una sesión que comienza el miércoles 18 y culmina el jueves 19, un nuevo presidente del Consejo de Estado encaminando a la isla a una nueva era.
La fecha del 19 de abril corresponde al 57º aniversario de la victoria en Bahía de Cochinos (Playa Girón), cuando fueron derrotadas las tropas anticastristas, preparadas y financiadas por Estados Unidos. El gobierno de Cuba la considera como “la primera derrota del imperialismo yanqui en América Latina”, en 1961.
El primer vicepresidente y número dos del gobierno, Miguel Díaz-Canel, parece ser la persona elegida para suceder a Castro y convertirse en el nuevo rostro de Cuba, a sus 57 años.
Formado diligentemente en el Partido Comunista (PCC), este hombre de cabello cano ascendió discretamente los escalones del poder antes de convertirse en 2013, para sorpresa general, en el brazo derecho del general-presidente y en el delfín natural de los Castro.
“Habrá un sentido de renovación, y habrá un sentido de continuidad”, advirtió recientemente el canciller Bruno Rodríguez, otro de los cuadros del gobierno. Recordó que Raúl Castro acompañará a su sucesor, pues mantendrá el control sobre el poderoso y gobernante PCC, único partido autorizado a existir en la isla.
Raúl liderará el PCC hasta 2021, entonces tendrá 90 años, tiempo durante el cual puede garantizar una transición controlada frente a los múltiples desafíos que puedan surgir.
El heredero tendrá que potenciar la indispensable “actualización” del modelo económico de corte soviético, en momentos en que Cuba enfrenta el debilitamiento de su aliada Venezuela.
También deberá hacer frente al recrudecimiento del embargo de Estados Unidos y el frenazo dado por el republicano Donald Trump al acercamiento que ambos países iniciaron a finales de 2014.